Opinión | Opinions des d’Elx

Pedro Sánchez seguirá, afortunadamente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / Moncloa

La decisión de Pedro Sánchez de seguir como presidente del Gobierno ha resuelto un dilema inédito en la historia reciente española. Y ha supuesto un alivio para muchísima gente, aunque, para sus contrarios, haya supuesto una lógica decepción. Nunca, a ese nivel, nadie se había planteado algo parecido en los mismos términos. Anunciar la necesidad de tomarse un período de reflexión, de cinco días nada menos, para decidir si seguir o no, no ha tenido precedentes.

Es verdad que la situación política, especialmente en Madrid, es lamentable. A la legítima y necesaria discrepancia partidista se le ha sustituido por la descalificación y el insulto que, utilizando los modernos medios «informativos» digitales y otros, amplifican cualquier tema que interese sin reparar en si está contrastado o no o, directamente, es un bulo que, interesadamente, se ha lanzado.

Si a ello se une la situación en la que se encuentra la Justicia en España, tenemos todos los ingredientes para que el nivel de la crispación siga subiendo enteros. Y máxime si hay voluntad política, por alguna de las partes, en que así sea. Intentar utilizar a la Justicia para conseguir maliciosamente lo que a alguien interesa es toda una tradición en España, pero, desde hace unos años y, especialmente si las derechas no tienen el poder, se ha transformado en algo cotidiano para intentar conseguir aquello que las urnas no han permitido. Y han sabido utilizar este antidemocrático método.

La lista de personas progresistas afectadas por esta dinámica de utilización partidista de la Justicia ya es abultada, especialmente en estos últimos años. Todo vale para actuar contra ellas. Hasta se creó una mal llamada «policía patriótica» para esos fines perversos. El reciente archivo de la maniobra derechista contra Mónica Oltra es la última muestra de una relación demasiado extensa que también pasa por Pablo Iglesias y otros de Podemos, de Ada Colau, etc. Por eso ha extrañado la reacción de Sánchez ante lo acontecido con su mujer. Es injusto, desagradable, etc., pero no es raro en el actual contexto. Debería estar curado de espanto. Ha sorprendido su reacción tan humana. Pero, superada la situación, hay que ponerse más las pilas y tomar decisiones para avanzar más y democratizar todas las instituciones, como mejor vía para evitar que situaciones así se repitan.

No todo debe valer en el debate político. Y la Justicia debe ser más rápida y eficaz a la hora de evitar que se la manipule con fines espurios. Y debe recuperar su prestigio y salvarse de sus «salvadores». Ahora se comprende el porqué el PP sigue bloqueando la renovación del Consejo del Poder Judicial desde hace más de cinco años. Es la muestra del interés en seguir manipulando una institución que ya no representa a la mayoría social del país. Feijoo, y antes Casado, disfrutan del secuestro de la Justicia. Se nota que les conviene la actual situación.

Y esto no puede seguir así eternamente o hasta que la derecha llegue al Gobierno. Hasta el propio presidente interino del CGPJ ha planteado propuestas para salir del interesado dilema. Redefinir competencias de dicho órgano, así como medidas para evitar situaciones de bloqueo como las actuales estarían entre ellas. Es hora de tomar decisiones y profundizar en la democracia ante actitudes involucionistas.

Hay una mayoría legítima y democrática para seguir gobernando. Y a España le hace falta seguir la senda de avances para conseguir una sociedad mejor. Está costando, pero se está mejorando en esa línea, aunque el PP parece no querer colaborar en ello. Máxime cuando recordamos las políticas que desarrollaron Aznar o Rajoy sobre las clases trabajadoras, pensionistas, jóvenes, mujeres, etc. Y no hace tanto.

Que la sociedad no quiera volver atrás, y que así Pedro Sánchez lo haya podido comprobar, ha sido determinante en su decisión. Sigamos avanzando y con más participación de la ciudadanía.