Aemet prevé un verano más caluroso de lo normal

La Agencia Estatal de Meteorología confirma que la primavera ha sido muy calurosa y "extremadamente seca" en Alicante

Las olas de calor mortales pasarán de ser extrañas a normales

Europa Press

Hemos pasado una primavera extremadamente seca y muy cálida en Alicante, y nos espera, probablemente, un verano más caluroso de lo normal. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha realizado este miércoles balance de los tres últimos meses y un avance de lo que se espera para el estío.

Y la previsión para España en líneas generales es que las temperaturas sean más cálidas de lo normal, siguiendo en la línea de los dos últimos veranos, que han sido los más calurosos de la historia. Lo que no entra a valorar es si se podrían superar los registrados récord de 2023. Desde el Laboratorio de Climatología de la UA han señalado que no parece que el mes de julio vaya a ser tan tórrido como en 2022 y 2023, aunque será caluroso.

Aemet explica que "el trimestre conformado por los meses de julio, agosto y septiembre, coincidente aproximadamente con el verano astronómico, será muy probablemente más cálido de lo normal en toda España. En la mayor parte de la Península y en Baleares podría situarse entre el 20 % de los veranos más cálidos registrados".

Y tampoco se esperan lluvias en una época marcada tradicionalmente por su ausencia: "En cuanto a las precipitaciones, el trimestre podría ser más seco de lo habitual, especialmente en el norte de la Península y zonas del interior, aunque en el caso de las precipitaciones hay que tomar el pronóstico con cautela".

Octava primavera más calurosa

Según el informe de la Agencia Estatal, "la primavera de 2024, que tuvo un carácter cálido en el conjunto del país, fue la octava más cálida del siglo XXI y décima desde 1961. Las lluvias alcanzaron valores normales en promedio, aunque con desigualdades geográficas y entre los meses primaverales". Y la falta de precipitaciones ha sido especialmente grave en Alicante, donde destaca ha sido una primavera "extremadamente seca", ya que ha llegado a llover un 75% menos de lo habitual en muchos puntos, sobre todo en la Marina Alta, donde se suelen registrar las mayores precipitaciones.

Así, el verano astronómico, que comenzará el 20 de junio a las 22 horas y 51 minutos, "será muy probablemente más cálido de lo normal en todo el país. Las lluvias podrían ser más escasas de lo habitual".

La Agencia Estatal de Meteorología, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha publicado su avance climático correspondiente a la primavera de 2024. La estación fue cálida en el conjunto de España y las precipitaciones estuvieron en torno a los valores normales, aunque con desigualdades geográficas y durante los meses de la primavera.

Temperaturas

La primavera de 2024 (período comprendido entre el 1 de marzo y el 31 de mayo) fue cálida en el conjunto de España, con una temperatura de 13,1 ºC, que supone 0,7 ºC más que el promedio del período de referencia 1991-2020. Se trató de la octava primavera más cálida del siglo actual y décima desde el inicio de la serie en 1961. Ocho de las diez primaveras más cálidas se han registrado desde 2006.

La primavera tuvo un carácter muy cálido en la mayor parte de las regiones mediterráneas, y entre cálido y normal en el resto de la España peninsular, aunque fue fría en algunos puntos del interior de Galicia y del noroeste de Castilla y León. En Baleares fue muy cálida, mientras que en Canarias tuvo un carácter muy cálido o extremadamente cálido.

Marzo fue un mes cálido, abril muy cálido y mayo fue normal. Los episodios de temperaturas superiores a las normales fueron frecuentes, y se llegaron a superar, en las estaciones de la red principal, los 39 ºC a finales de mayo, con algunos récords absolutos de temperatura para la primavera, como en Tenerife sur o Tortosa. Hubo también varios episodios fríos destacados, como el de comienzos de marzo, en el que hubo heladas importantes. En capitales de provincia como Burgos o Soria se llegó a -4 ºC.

Precipitaciones

La primavera fue en su conjunto normal en cuanto a precipitaciones, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 189,4 mm, lo que representa el 105 % del valor normal del trimestre en el periodo de referencia 1991-2020.

Hubo grandes diferencias geográficas en la distribución de las lluvias. Fue extremadamente húmeda en Galicia, provincia de Girona, gran parte de Andalucía y puntos de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Pirineos. Sin embargo, fue seca a muy seca en la mayor parte de la Comunidad Valenciana, llegando a ser extremadamente seca en la provincia de Alicante. También fue seca en la Región de Murcia y Almería, mientras que en los archipiélagos tuvo un carácter normal.

Gráfico sobre la precipitación en primavera respecto a la media de los últimos 30 años

Gráfico sobre la precipitación en primavera respecto a la media de los últimos 30 años / INFORMACIÓN

También hubo, a lo largo de la primavera, desigualdades en cuanto a los períodos en los que se distribuyeron las lluvias. Así, marzo fue el cuarto más lluvioso del siglo XXI, con el doble de precipitación de lo normal. Destacaron las lluvias asociadas a la borrasca Nelson, en la última semana del mes y que coincidieron con la Semana Santa. En cambio, abril fue el cuarto más seco del siglo actual, y las lluvias solo alcanzaron la mitad de los valores habituales. En mayo, las precipitaciones también quedaron por debajo de lo normal en la mayor parte del país, con un valor que llegó únicamente a las dos terceras partes de la media.

Cuencas

Una vez finalizada la primavera, las cuencas que vierten al Atlántico habían salido de la sequía meteorológica, pero se encontraban en esa situación las cuencas de la vertiente mediterránea, a excepción de la del Ebro. En cambio, analizando la situación a largo plazo, en buena parte de la Península continuaba la sequía de larga duración, que tiene en cuenta las lluvias de los tres años anteriores.

Precipitaciones en el mes de mayo

Precipitaciones en el mes de mayo / INFORMACIÓN

Laboratorio de Climatología

Ante este balance de la Aemet, el Laboratorio de Climatología de la UA ha confirmado que ha sido una primavera "cálida y seca en su conjunto". Su director Jorge Olcina ha explicado que la primavera "climática" va de 1 de marzo a 31 de mayo y en 2024 "esos meses han sido sequísimos en el conjunto de la provincia".

"Hasta las últimas tormentas de estas dos últimas semanas, el déficit de lluvias en la provincia (por término medio) desde que comenzó el año hidrológico (1 de octubre de 2023) era del 70%. Alcanzando el 75% en la Marina Alta, paradójicamente la comarca alicantina donde más suele llover anualmente", ha recordado Olcina.

Y sobre lo que nos espera, ha señalado que "el verano se presenta cálido, como señalan diferentes modelos estacionales (Centro Europeo, NOAA, Aemet). Pero he estado revisando el modelo para el mes de julio y aunque sí que va a ser un mes caluroso, no parece que vaya a ser tan tórrido como en 2022 o 2023".

Noches tropicales

"El problema en el litoral mediterráneo es el mantenimiento del calor durante el día y durante los diferentes días. Llevamos ya una semana con "noches tropicales" en el litoral, y así va a mantenerse hasta septiembre ya. Este es el problema. Un calor mantenido que no da tregua. Y un mar Mediterráneo también cálido, que se encuentra ya a 24ºC y alcanzará 28ºC en agosto", ha destacado el también catedrático de Análisis Geográfico Regional.

Uso prudente del agua

Olcina ha señalado que "de entrada, no se esperan lluvias importantes, de manera que debemos extremar el uso prudente del agua hasta el otoño".

Por ello ha alertado de la situación en el litoral norte de Alicante: "Ojo a la evolución del gasto del agua en la Marina Alta, que me preocupa mucho. Algunas poblaciones ya han dado el aviso de la necesidad de contener el gasto e incluso están aplicando alguna restricción".

Olcina ha destacado que "es una lástima que esta comarca no tenga un sistema de gestión del agua realmente mancomunada e interconectada entre sí. Cada municipio sigue funcionando de forma individual. Y eso tiene consecuencias en épocas secas como la que estamos viviendo".

Por ello ha recordado que "deberían seguir el ejemplo de la Marina Baixa, que teóricamente recibe muchas menos lluvias, pero desde finales de los años setenta no ha tenido ningún problema de abastecimiento, a pesar de las sequías que hemos vivido desde entonces".