Noventa colegios e institutos de la provincia de Alicante relegan el valenciano a una sola asignatura

El 80 % de los centros de la Comunidad, que han pedido el cambio por estar en zonas castellanohablantes, son alicantinos

Niños a la entrada de un colegio de Orihuela, en imagen de archivo

Niños a la entrada de un colegio de Orihuela, en imagen de archivo / INFORMACIÓN

A. Fajardo

A. Fajardo

Un total de 89 colegios e institutos de la provincia de Alicante, situados en zonas castellano hablantes, dejarán de tener el valenciano como lengua principal el próximo curso. Así lo han decidido los consejos escolares de centros que se sitúan en los municipios de la Vega Baja, Monforte del Cid, Elda, Villena y Aspe. En la Comunidad Valenciana han sido 107 los casos (el 40 % de los que tenían la posibilidad) que han decidido eliminar la enseñanza de la lengua cooficial de las materias troncales y limitarla, algunos, únicamente a la asignatura de valenciano, lo que demuestra que el mayor impacto de la derogación del plurilingüismo que implantó el Botànic se ha producido en la provincia, ya que el 80% de los centros que se han acogido al modelo educativo de PP y Vox son alicantinos. 

Este cambio, junto a la supresión de los programas de inmersión lingüística de valenciano también a partir de septiembre, con el que 52 centros de la provincia no introducían el castellano hasta Primaria, son la antesala de la recién aprobada (y ya recurrida en los juzgados por la Escola Valenciana) Ley de Libertad Educativa por el Consell de PP y Vox, cuyo grueso no se materializará hasta el curso 2025-2026 para el conjunto de la Comunidad Valenciana, es decir, hasta entonces no tendrá sus efectos en los municipios valencianoparlantes. Para ese curso será cuando los padres (y no los consejos escolares como hasta ahora) voten la lengua base o vehicular en la que quieren que estudien sus hijos tras el proceso de admisión.

El colegio Hurchillo de Orihuela, el Amanecer de Torrevieja, el Trinitario Seva de Rafal y el instituto La Nía de Aspe son solo algunos de los ejemplos de esa lista de 89 centros alicantinos (de los 700 que en total hay en la provincia) que la Conselleria de Educación ha descartado hacer pública por el momento. En la Vega Baja, como ya publicó este diario en abril, los consejos escolares de la mayor parte de institutos se acogieron a la posibilidad que les brindó la Administración autonómica para modificar sus proyectos lingüísticos y suprimir materias troncales impartidas en valenciano. Solo como ejemplo, en el caso de Torrevieja los seis institutos públicos han decidido dejar de impartir aproximadamente un 25% en valenciano desde el curso que viene, sin contar con la propia materia lingüística en esta lengua oficial. 

Una clase de valenciano en Orihuela

Una clase de valenciano en Orihuela / Tony Sevilla

Programas de inmersión

El otro anticipo que tendrá la «ley Rovira», como ha bautizado ya la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública, es que los programas experimentales de inmersión lingüística, que hasta este curso han estado autorizados en diferentes municipios de la provincia, a partir de septiembre quedarán sin efecto y estarán obligados a impartir un mínimo del 25% del tiempo lectivo en cada una de las dos lenguas cooficiales en la Comunidad Valenciana. Por este y otros motivos, la Escola Valenciana ha llevado a los juzgados la normativa que ayer fue publicada en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana. En concreto, la Federació d’Associacions per la Llengua ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra la normativa por «ser contraria al derecho de las familias» de iniciar el curso de infantil 2024-2025, cuyo proceso de admisión ya ha comenzado, con el proyecto educativo de inmersión lingüística. 

En base a ello, la Escola Valenciana ha pedido la suspensión cautelar de la supresión de esos planes de enseñanza al cien por cien en valenciano para el próximo curso. «Esta será la primera de las acciones que, desde Escuela Valenciana, se realizan después de la aprobación de la Ley Rovira, pero no será la última», explicó Alexandra Usó, presidenta de la Escola Valenciana, quien recordó que desde la entidad «se continúa trabajando para paralizar, en todos los niveles y en todos los ámbitos educativos, esta ley nefasta para el alumnado».

Frenar el drástico giro que ha dado al Consell con la enseñanza en valenciano lleva siendo objeto de reivindicaciones durante todo el año, con protestas en tres capitales de la Comunidad convocadas por parte de la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública que a todas luces ve en esta ley un «ataque al valenciano». Este viernes, las concentraciones se extendieron a otros municipios como San Vicente del Raspeig, lugar natal del conseller de Educación, donde docentes clamaron que se cuente con ellos para «construir una ley pedagógica y no ideológica». 

Protesta de docentes en San Vicente del Raspeig

Protesta de docentes en San Vicente del Raspeig / INFORMACIÓN

Frente a estos argumentos, la Plataforma de docentes por la Libertad Lingüística, que surgió en la Vega Baja para apoyar a las Asociaciones de Padres y Madres contra la ley de Plurilingüismo del Botànic, ha mostrado su satisfacción «porque se ha anulado una ley de inmersión y de imposición de los Países Catalanes, se dice adiós a un modelo que ha demostrado ser un fracaso para la educación». Sin embargo, este colectivo todavía considera que la actual norma se ha quedado corta. Sus integrantes defienden que en todos los municipios y no solo en los castellano hablantes se pueda elegir estudiar solo en Valenciano la asignatura lingüística y que la elección siempre sea individual y no para todo el colegio o instituto.

Desde la Confederación Valenciana de Ampas (Covapa) entiende que la necesidad de este cambio en los municipios castellano hablantes «viene cuando el alumno y el docente ni se entiende ni puede hablar entre ellos. Debido a que tenemos muchísimo alumnado en extranjero, lo primero es que aprendan el castellano para luego introducirles el resto de lenguas». La agrupación descarta renegar del valenciano, pero incide en que en algunos centros «veíamos es que ni aprendían el castellano ni la asignatura» y advierte de que se «estaba viviendo una frustración del alumnado y de todo el aula que no podía avanzar». n

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