Dos hermanas en un colegio de Alicante y sin hueco para la tercera

Una familia narra el disgusto sufrido tras conocer la lista de admitidos: su hija mediana se queda sin poder ir al mismo cole que las mayores, una de ellas con discapacidad

Dos hermanas en un colegio de Alicante y sin hueco para la tercera

Pilar Cortés

A. Fajardo

A. Fajardo

Dos hermanas en el colegio, una de ellas con discapacidad, y sin hueco para escolarizar a la tercera. Es la rocambolesca y a su vez frustrante realidad a la que se enfrenta una familia numerosa de Alicante tras quedarse sin plaza en el colegio solicitado para el próximo curso. 

Su caso es inusual, respecto a las cifras de admitidos, puesto que el 96,2% de los escolares han conseguido entrar en el centro que habían demandado en primera o segunda opción en la provincia. Sin embargo, sus circunstancias especiales hacen que sea difícil de entender que situaciones como ésta se produzcan.

«Lo veíamos todo hecho para entrar y nos hemos quedado fuera. Físicamente va a ser imposible llevar a nuestras hijas a tres colegios diferentes», lamenta Clara López.

Esta alicantina es madre de cuatro niñas. Las dos mayores tienen siete años, son mellizas, y van al colegio público Santo Domingo de Alicante, en el barrio de San Blas (este diario trató ayer de contactar con el centro, sin éxito) donde habían solicitado plaza para la mediana, de 3 años; la cuarta y la más pequeña va a otra escuela infantil. 

Además de tener reconocida la circunstancia de familia numerosa especial, también tiene puntuación en la baremación por que una de sus hijas mayores sufre trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y trastorno del espectro autista (TEA) y tiene una discapacidad reconocida del 33% . 

A ello se suma que solo trabaja fuera de casa el padre y que viven a menos de un kilómetro del colegio que han pedido. Todas estas circunstancias tienen preferencia para lograr plaza en el centro solicitado y más este año dentro del nuevo proceso de admisión en el que la Conselleria de Educación ha aumentado la puntuación para las rentas más bajas y las familias numerosas respecto a cursos anteriores. Es más, el centro educativo le concedió el punto extra, recuperado este año por el Gobierno de Mazón, por haber demandado como primera opción este colegio.

Un colegio de Alicante, en imagen de archivo

Un colegio de Alicante, en imagen de archivo / Pilar Cortés

Con todo ello, Marta, la mediana de esta familia que se ha quedado la primera en la lista de espera (hay otros cinco niños más) para entrar a este centro educativo ha obtenido 58 puntos, mientras que la última admitida ha logrado 81. 

El principal escollo en este colegio es, según esta familia afectada, que solo se ofertaban tres plazas para Infantil de tres años para una clase de veinte niños, porque los 17 restantes son escolares que en el curso anterior han estado matriculados en el aula de dos años. 

«Hemos luchado para conseguir que nuestra niña reciba todos los apoyos que necesita para estar atendida en este centro porque apuesto mucho por la inclusión y por fomentar que un niño con discapacidad sea tratado igual que otros y ahora nos encontramos con que nuestra tercera hija no va a poder ir al mismo sitio que sus hermanas», lamenta Clara tras haber recibido como un jarro de agua fría la noticia.

Reclamación

Todavía con el disgusto en el cuerpo y sin poder digerirlo, la familia ya ha realizado la reclamación para solicitar la admisión de su niña de tres años, sobre todo porque una de sus dos hijas con necesidades especiales «está adaptada e incluida en dicho centro y plantear cualquier cambio de esta supondría un retroceso en ella». 

Pese a no tener todavía todas las posibilidades agotadas, ya que está la primera en la lista de espera para poder entrar, Clara López lamenta «lo frustrante que es que una familia numerosa especial se encuentre en un limbo de esta manera».

Y es que el dilema al que ahora se enfrenta con su marido es si se arriesgan a esperar a que les resuelvan la reclamación en la primera opción que pidieron para matricular o no a su hija en el centro donde sí que le han admitido, en segunda opción.

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