El cambio climático dejará tres grados más y un crecimiento de hasta 70 centímetros del nivel mar en 75 años

La Cátedra Aguas de Alicante de Cambio Climático dirigida por Jorge Olcina presenta su segundo informe y pone sobre la mesa la necesidad de anticipar los cambios relacionados con las precipitaciones extremas con la construcción de tres parques inundables en la ciudad

La subida del nivel del mar dejará estas zonas de España bajo el agua

PI STUDIO

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

Un escenario preocupante climatológicamente para el Alicante del futuro. Según el II Informe de la Cátedra Aguas de Alicante de Cambio Climático de la Universidad de Alicante, "Análisis estadístico de datos hidrometeorológicos locales y regionalización de los efectos del cambio climático aplicados a la ciudad de Alicante", la ciudad podría enfrentarse en el año 2100 a un escenario medioambiental alterado si no se comienza a tomar medidas. Entre los escenarios que recoge el estudio, el peor de ellos refleja que dentro de 75 años la temperatura podría incrementarse en 3 grados, el número de días con precipitaciones superiores a 1 mm se reduciría en un 30% con lluvias menos frecuentes, pero más intensas y el nivel del mar podría subir hasta 70 centímetros.

El acto de presentación del informe, el segundo elaborado por la cátedra, contó con la participación de Jorge Olcina, director de la cátedra y catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante, y Luis Cutillas, responsable del departamento de explotación de la Red de Drenaje Urbano en Aguas de Alicante, quienes no solo compartieron las conclusiones del informe, sino que además, proporcionaron las claves para afrontar estos cambios. Entre ellos, se encuentra la construcción de hasta tres parques inundables más, entre ellos uno en la avenida de Teulada, modernizar las redes de saneamiento y la creación más islas de calor.

Luis Cutillas, explicó que "el estudio se ha centrado en determinar cómo el cambio climático puede afectar a las principales variables hidrometeorológicas de la ciudad de Alicante y para ello se han utilizado modelos para realizar proyecciones hasta el año 2100, considerando tres escenarios de cambio climático: uno optimista, uno continuista y uno pesimista. Uno de los datos que más nos sorprendió de este estudio fue el del número de noches ecuatoriales, no solo es llamativo, sino que es un problema para la salud humana".

En este sentido, el escenario más desfavorable proyecta un incremento promedio de 3°C para el año 2100, lo que afectará el confort climático y el calentamiento del mar, aumentando la probabilidad de precipitaciones torrenciales, según el informe. Y es que, actualmente, las noches tropicales se han cuadruplicado desde los años ochenta del siglo XX, mientras que las noches tórridas o ecuatoriales se han incrementado casi un 50% en los últimos 20 años.

Esta tendencia aumentaría la frecuencia e intensidad de las sequías y provocaría una pérdida significativa del confort climático en la región. Jorge Olcina subrayó que "el cambio climático puede servir para hacer las cosas mejor, aunque estamos en el peor de los escenarios si seguimos así a nivel mundial. Vamos al peor de los escenarios, al de los tres grados". Además, Olcina destacó que "en el Mediterráneo pasamos más calor y tenemos una pérdida de confort térmico superior que la de la gente que vive el valle del Guadalquivir. Aquí llueve menos días al año y cuando llueve es torrencial. Necesitamos preparar la manera de abordar el cambio climático desde la ciencia".

Precisamente, el informe contempla una reducción del número de días de lluvia de un 30% en el peor de los escenarios, aunque la intensidad de las lluvias extremas podría aumentar hasta un 40%, una circunstancia que podría causar problemas en las infraestructuras urbanas. Las lluvias torrenciales, como las registradas el 13 de marzo de 2017 y el 21 de agosto de 2019, podrían volverse más comunes. Una circunstancia ante la que los expertos subrayan la necesidad de adaptar la infraestructura urbana y los sistemas de drenaje.

El informe también proyecta un incremento del nivel del mar entre 30, en el mejor de los casos, y 70 centímetros, en el escenario más pesimista que contempla el informe, para la ciudad de Alicante, lo que obligaría a adaptar las infraestructuras actuales para ser resilientes en el futuro, según han indicado los autores del estudio elaborado por la cátedra.

Futuro y parques inundables

Para adaptarse a estos cambios, el estudio de la Cátedra Aguas de Alicante de Cambio Climático dirigida por Jorge Olcina, recoge algunas recomendaciones para la adaptación al cambio climático en la ciudad de Alicante que involucra cuestiones para la aplicación de metodologías y tecnologías punteras para la gestión del drenaje urbano de la ciudad. Entre estas, se encuentra la creación de un gemelo digital de la red de drenaje que proporcione información sobre los efectos de la lluvia sobre los medios receptores y las estaciones depuradoras de aguas residuales, así como el estudio de sistemas de drenaje urbano sostenible y las soluciones basadas en la naturaleza.

Entre ellas, se encuentra la construcción en el futuro de tres parques inundables, siguiendo el ejemplo del parque La Marjal. "Estamos planteando soluciones basas en la naturaleza porque ya tenemos una buena experiencia con el parque La Marjal, ya sabemos que es una infraestructura que se usa pocas veces al año y que el resto del tiempo se usa para el uso y disfrute del ciudadano, por eso aporta tanto valor. Por lo menos queremos tener los estudios y saber dónde podemos aportar valor a la ciudad. En este sentido el último diseño que hemos hecho está pensado para el entorno la avenida Bulevar Teulada, donde se ha planteado hacer un parque inundable", aseguró Luis Cutillas.

En este contexto, destaca la importancia de adaptar el Plan General de Ordenación Urbana a los efectos previstos del cambio climático y la creación de una Oficina de Planificación Urbana en el Ayuntamiento de Alicante para incorporar estos resultados de investigación en el nuevo modelo territorial. También se recomienda desarrollar un sistema de indicadores climáticos para evaluar y monitorear el proceso actual de cambio climático en el municipio e incide en fomentar el uso del transporte público y medios de transporte ecológicos, así como el empleo de energías renovables, comenzando por los edificios públicos y la instalación de placas solares.