Quería ir a París, pero acabó en Alicante: esto es lo que le pasó a una turista británica

Jem Maybank, una treinteañera de Yorkshire, experimentó una situación embarazosa cuando se dio cuenta de que se había subido al vuelo equivocado, terminando a más de 1.500 kilómetros de su destino previsto, según ha publicado el medio The Sun.

La británica, que había comprado un billete para París, pasó por dos controles de seguridad sin problemas y abordó un avión sin darse cuenta de que no era el vuelo correcto. Su desconcierto fue mayor al despertar de una siesta y darse cuenta de que había aterrizado en Alicante en lugar de París. No era la "Ciudad de la Luz" que esperaba.

El incidente en el aeropuerto

El pasado 22 de junio, Jem llegó al aeropuerto de Leeds Bradford a las cinco de la mañana, planeando un breve descanso en la ciudad de París. Tras pasar sin inconvenientes por seguridad, se dirigió hacia lo que creía era la puerta correcta para el aeropuerto de París Beauvais. El personal escaneó su pase y la dejó pasar sin problemas.

Una vez a bordo, Jem se sorprendió al descubrir que su asiento, el 34A, no existía. Sin embargo, el personal de cabina le explicó que esto podría suceder cuando se cambiaba de avión, asignándole un nuevo asiento.

Aunque escuchó que el vuelo duraría dos horas en lugar de lo habitual, una sola hora, lo atribuyó a posibles turbulencias y no prestó más atención.

La sorprendente llegada a Alicante

Jem se durmió rápidamente y solo se dio cuenta de su error al despertar y ver palmeras y montañas a través de la ventana, confirmando que estaba en Alicante y no en París. Confundida y sin haber estado nunca antes en Alicante ni saber nada de español, Jem sabía poco sobre el lugar, excepto que es el aeropuerto utilizado por los británicos para viajar a Benidorm.

Al bajarse del avión, el personal de Ryanair se mostró igual de sorprendido y la ayudó a conseguir un vuelo (gratis) a París para esa misma tarde. Jem especuló que pudo haber confundido el número de puerta, leyendo un seis en lugar de un ocho. El personal estaba realmente extrañado y dijeron que nunca había sucedido antes.

"Hay una fiesta bastante buena en Alicante"

Finalmente, Jem llegó a París Beauvais a las 11 de la noche y tuvo que tomar un autobús de una hora hasta el centro de la ciudad, donde se encontraba su hotel. Reflexionando sobre su experiencia, aconseja a otros viajeros que presten más atención en los aeropuertos y escuchen los anuncios de seguridad, por aburridos que parezcan.

Jem comentó que, aunque inesperada, la experiencia en Alicante fue mejor de lo esperado, aprovechando su breve estancia de 7 horas para visitar el castillo de Santa Bárbara. La inesperada turista señala en un vídeo que recomendaría viajar a Alicante, donde "hay una fiesta bastante buena en la ciudad" (en alusión a las Hogueras que se celebraban en esa fecha).

Al llegar a París, decidió no perder más tiempo y disfrutar al máximo de su viaje.

Por su parte, un portavoz de Ryanair subrayó que es responsabilidad de cada pasajero asegurarse de abordar el avión correcto y que existen varios puntos de control que informan a los pasajeros sobre el destino del vuelo.

La experiencia de Jem sirve como un recordatorio sobre la importancia de mantenerse alerta y prestar atención a las señales y anuncios en los aeropuertos. En un mundo donde es fácil distraerse con dispositivos electrónicos, este incidente subraya la necesidad de estar atento a cada paso del proceso de viaje.