Los regantes de Callosa d'en Sarrià reducen horarios y riego desde agosto para adelantarse a la posible sequía

La entidad agrícola descarta por ahora tomar más medidas tras la alerta de sequía decretada por la CHJ por la falta de precipitaciones en la comarca

Árboles en uno de los campos de Callosa d'en Sarrià con invernaderos de fondo.

Árboles en uno de los campos de Callosa d'en Sarrià con invernaderos de fondo. / David Revenga

Cambiar horarios, reducir el agua con la que se riega o alargarlo más días. La Comunidad de Regantes y Usuarios de Callosa d'en Sarrià llevan siete meses "apretándose el cinturón" a la hora de gastar agua para sus campos en previsión de que se diera una posible situación de sequía más adelante. Así, los usuarios llevan desde agosto de 2023 aplicando medias para hacer un mejor uso del agua y que no se desperdicie y poder hacer frente así al peor escenario posible.

"Las sequías no se prevén cuando ya hay sequía sino cuando hay agua", ha explicado a este diario el presidente de los regantes callosinos, Juan Domingo Cortés. Todo porque aquellos que más conocen el campo están ya curtidos en sacar adelante los cultivos en situaciones en las que el agua ha escaseado.

Por ello, la situación de alerta por escasez coyuntural del agua en el sistema de la Marina Baixa decretada el pasado 4 de abril por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), es decir, la alerta por sequía por la falta de precipitaciones, "no nos coge por sorpresa. Ya tomamos medidas hace meses para adelantarnos a lo que pudiera ocurrir", indica Cortés. Además, los regantes descartan por ahora que tengan que ir más allá e impulsar más restricciones al riego; algo que solo sucedería ante una situación muy extrema. El agua para riego, por tanto, está garantizada para los próximos meses. 

Pero, ¿qué medidas se llevan aplicando desde agosto? La entidad callosina abarca 1.750 hectáreas de terreno y comprende 30 comunidades de regantes. El agua llega tanto del pantano de Guadalest, de las fuentes del Algar así como de los pozos de Sacos. "Solo usamos un pozo de los tres que tenemos y hacemos tandas más reducidas para regar", asegura el responsable de los regantes.

Además se han reducido horarios y se han ampliado los días desde que se riega hasta la siguiente ocasión. "Un árbol, en situación normal, se riega a los 20 días más o menos. Ahora hacemos tandas a los 30 o 35 días", explica el responsable de los regantes de Callosa quien añade que "estamos regando por encima de los días entre cada tanda que se suele regar". Además "estamos obligando a toda la gente a que riegue uno detrás de otro para que no puedan quitarse el agua y acabe desperdiciándose".

En cuanto al sistema de riego, en Callosa aún se usa en algunos campos el de "tauletes" o a manta, es decir, los campos o bancales tienen surcos en la tierra por donde pasa el agua. El responsable de la entidad apunta que también "se han hecho más pequeños para que sea más eficiente" toda la gestión de este recurso.

Previsión si la sequía aprieta más

Con todo, aún podrían tomar alguna medida más si la situación fuera extrema, aunque por ahora no está sobre la mesa: "En caso de que la sequía apretara más, como ya se ha hecho en otras ocasiones, en lugar de regar árboles cada 30 o 35 días se podrían regar cada 50 o 60 días". Cortés indica que también se están tomando medidas en el caso de que no se cumpla con alguna de estas cuestiones: "Ponemos tantos metros cúbicos de agua por tantas hectáreas de terreno. No deben pasarse de ahí, o perderían el derecho al agua".

Los agricultores de Callosa d'en Sarrià así como los de otros municipios de la Marina Baixa, como Altea, La Vila o Polop, tienen muy claro que el agua es un recurso único y que puede ser escaso: "El agua la llevamos en la sangre. Tenemos mitad agua y mitad sangre. Nadie gestiona mejor el agua que los propios regantes porque vivimos de ella", indica Cortés.

Como ya publicó este diario, en otros lugares de la comarca, la alerta decretada por la CHJ tampoco ha hecho que se hayan tenido que tomar medidas excepcionales. Los agricultores de una gran parte de la Marina Baixa riegan los campos con agua depurada además de contar con balsas para almacenarla. Así, el trabajo del Consorcio de Aguas de La Marina Baixa ha sido clave para poder contar con estas infraestructuras.

De hecho, los regantes de la Comunidad de Callosa también tienen sobre la mesa un proyecto a futuro para una mejor gestión del agua y que no se desperdicie. Así, entre las actuaciones previstas, está la construcción de una gran balsa donde almacenar agua y que sirva para disponer de ella en épocas de menor afluencia con una capacidad de 1,5 hectómetros cúbicos. Esta instalación almacenaría el agua proveniente tanto del pantano de Guadalest, de las fuentes del Algar así como de los pozos de Sacos. La intención es estabilizar caudales y presión de las fuentes ubicadas en el municipio y que se pueda distribuir esa agua a todos los campos. Aunque la previsión es que las obras puedan empezar a ejecutarse en 2026.

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