ENTREVISTA | IVÁN FERREIRO Músico

Iván Ferreiro: "No me importa si un crítico indie decide que mi disco es una mierda"

Iván Ferreiro actuará este viernes 5 de julio, a las 20.15 horas, en Lamarr de Alicante dentro del ciclo de conciertos Atardeceres Larios

Iván Ferreiro, durante la edición del ciclo de conciertos Atardeceres Larios en Málaga

Iván Ferreiro, durante la edición del ciclo de conciertos Atardeceres Larios en Málaga / información

Juan Fernández

Juan Fernández

Por segundo año consecutivo, la famosa marca de bebidas alcohólicas lleva su experiencia Atardeceres Larios a Alicante en un enclave único desde cómodos reservados a escasos metros del mar. En una de sus veladas, el viernes 5 de julio, el protagonista será Iván Ferreiro (Nigrán, 1970), que se bajará de los grandes escenarios para ver de tú a tú a su aguerrido público alicantino en Lamarr (Avenida Villajoyosa, 4).

Vuelve a Alicante otra vez, ahora en un formato más íntimo. Pese a que su música tiene cercanía con esa intimidad en sus letras, es difícil imaginar al Iván Ferreiro actual, conocido por todos, actuando frente a un público muy reducido.

En parte acepté estos conciertos de Atardeceres Larios precisamente por eso, porque era un formato pequeño, con poco público y me apetece poder mirarles a la cara y tenerles cerca. La verdad que a mí me gusta mucho ese horario. Hacer el concierto durante el atardecer me va a permitir tocar de una manera mucho más íntima y cercana, sobre todo cuando últimamente estoy en escenarios muy grandes y llenos de personas. Que también me gustan, no te voy a decir que no, pero el formato con poco público siempre se disfruta mucho. No hay grandes ruidos, ni grandes chillidos, ni gente distraída. Y me permite hacer un repertorio más tranquilo, desde abajo, y construir un show desde la tranquilidad y la belleza.

¿Va más con su persona?

Con los años uno se hace un poco a todo (ríe). Los conciertos con poco público me gustan mucho porque se viven de una manera distinta, pero no podría decir si me gustan más o menos. He tenido la suerte de tener en mi carrera un poco de todo, de poder elegir distintos formatos y salas... La época veraniega es más dada a los grandes festivales y el invierno, a las salas. Y de repente poder hacer algo así me parece precioso.

Hablar de Iván Ferreiro significa hablar de una persona que ha influenciado a un gran número de artistas en este país. ¿Es consciente de todo lo que ha conseguido a lo largo de su carrera?

Todavía no soy consciente. De hecho, cuando me lo dices, me quedo de piedra. Siempre he pensado que la música se construye entre muchos. Yo mismo me veo como alguien que se ha construido musicalmente a partir de un montón de otros músicos, cineastas e incluso escritores. De mucha gente. Creo que todos los que hacemos algo estamos hechos, construidos, montados e influenciados por muchos otros artistas. Personalmente, yo me veo parte de mi generación, alguien que ha ayudado a la cultura musical junto a un montón de otros grupos y artistas. No creo que haya nada que sea solo mío ni que haya inventado nada. Obviamente, luego me enorgullece cuando alguien dice que mi música le ha influido, pero de la misma manera que yo te puedo decir 80 músicos que me han influenciado a mí. Yo no estaría aquí si no hubieran existido Antonio Vega, El Último de la Fila. Radiohead, Ryūichi Sakamoto, Steven Spielberg o David Lynch.

Artistas muy creativos en cada uno de sus ámbitos...

¡Por supuesto! A mí hay una cosa que me gusta mucho de la creatividad: que es un diálogo hecho por muchísimas personas. Incluso es un diálogo erigido por personas que ni siquiera saben que dialogan contigo. Por ejemplo, te mencionaba a David Lynch. A mí ese director me ha enseñado un montón de cosas y cuando he visto sus películas o he visto Twin Peaks, que es de mis series favoritas, he hablado sobre sus capítulos con tantas personas que ya no solo te influye David Lynch sino el espectador de su serie.

Cuando veo a Damon Alban de Blur hablando de cómo escribe las canciones, aprendo. Cuando veo y escucho a David Byrne, cuando hablo con Santi Balmes e incluso cuando escucho a un grupo nuevo, estoy aprendiendo cosas, nutriéndome de ellos. Hace poco estuve trabajando con Diego de Veintiuno y he aprendido un montón de cosas de él. Siempre he pensado que hacer canciones es un oficio que haces gracias a que aprendes de un montón de personas que están a tu alrededor, ya sea en tu televisor, en las tapas de los libros o en las obras de teatro que ves. Y eso es lo bonito de hacer música o cualquier otro tipo de arte.

Iván Ferreiro durante su participación en Atardeceres Larios de Málaga

Iván Ferreiro durante su participación en Atardeceres Larios de Málaga / información

Precisamente se hizo viral un vídeo de Damon Albarn de Blur criticando los festivales de gran formato durante una actuación en Coachella cuando nadie del público cantaba Girls & Boys.

A mí me dan pena los que estaban ahí, en Coachella, y no estaban atendiendo al escenario pese a tener a Blur delante. Cada uno que haga lo que le dé la gana, pero creo que está habiendo un cambio generacional de público. Supongo que yo, cuando empecé a ver conciertos, tampoco atendía lo que tenía que atender y ahora hay nuevas formas de ver las cosas. Hay gente que critica a las personas que ven todo a través del móvil, pero hace poco leí un estudio sociológico que decía que la gente que ve un concierto por el móvil disfruta igual que la que lo ve desde fuera. Entonces yo me tengo que callar. Creo que las redes sociales y la forma en que las consumimos han hecho que surjan una serie de personas que utilizan eso de manera alimenticia. Yo puedo entender que si alguien es influencer y vive de los contenidos que mete en internet, no esté tan pendiente de los conciertos, pero insisto, me dan pena los pobres que estaban teniendo a Blur interpretando el que para mí es su mejor disco, el último, y estaban pendientes de otras cosas.

Podría ser un público joven que solo conoce a Blur por Song 2.

Al parecer ni eso, ni el Girls & Boys... A mí lo que me hace gracia es que cuando alguien como Damon Albarn dice algo, surgen varias cuantas anónimas diciendo "¿y ese quién es?". Se creen más listo por no saber quién es alguien. Me da pena escuchar esa frase tan manida y que haya gente orgullosa por no saber quiénes son Blur.

Pero también hay que entender que lo de Coachella no es lo normal.

Evidentemente. Todo esto de Coachella no es la norma. Tenemos una tendencia muy grande a creer que cuando pasa una cosa, es lo que sucede todo el rato. Como te he dicho esto, también confieso que la gente joven es mucho más abierta de mente a nivel musical de lo que era yo cuando era joven. Antes era todo más cerrado. Si escuchabas un tipo de música, no podías escuchar otro. Ahora la gente tiene unas playlists donde cabe de todo y yo creo que así es como mejor se disfruta de la música.

¿Es mejor oyente que en su adolescencia?

En mi adolescencia me encantaban los Smiths y The Cure y eso significaba que no me podían gustar Michael Jackson o Prince. Y cuando llegué a los 18 y descubrí a Prince, me di cuenta de que me estaba perdiendo a uno de mis artistas favoritos. Ahí empecé a abrir la cabeza. Tiene que ver con la juventud, pero también con las épocas. En los ochenta había lo que se llamaba tribus urbanas: estaban los heavys, los punkies los rockeros... Y a un chaval de 15 años de ahora, si le gusta una canción, le da igual si es de Taylor Swift o de los Arctic Monkeys. No va a sentirse acomplejado porque le guste una música determinada, que era un problema que sí existía en mi generación.

Hablaba antes de la influencia de los fans de David Lynch y a mí se me ha venido a la mente la influencia que puede ejercer el tan controvertido crítico del género indie.

Y yo tengo también muchos detractores entre los críticos (ríe). Creo que está bien que cada vez se afiance más la figura del crítico profesional. Hemos llegado a un punto en que cualquiera que quiera puede escribir en internet sobre algo y acabar teniendo un lugar. Yo recuerdo críticas muy bestias hacia Piratas de gente que luego nos alababa. Pero aun así creo que es positivo. ¡Joder, si hay algo que podemos criticar y de lo que podemos reírnos es precisamente de la música! No me importa si un crítico decide que mi disco es una mierda, para eso están los gustos. El verdadero crítico es el público y es el propio público el que paga las entradas para ver a los artistas.

Y más ahora que todo el mundo tiene un altavoz gracias a las redes sociales.

En este sentido, la figura del crítico tiene algo de bonito. Si te pones a pensar también en críticos de cine, Carlos Boyero es un tío que levanta pasiones tanto para un lado como para el otro. Hay quien le adora y quien le odia y, al final, no deja de ser una persona que opina en una sociedad llena de opinadores. Parece casi heroico que alguien consiga ser crítico de música y vivir de ello.

Incluso gente como Mbappé ha salido públicamente a opinar, en su caso en contra de la extrema derecha francesa.

Y curiosamente hay muchos que dicen que Mbappé no debería opinar. A mí me preocupa mucho más los que no dejan criticar. Me he encontrado en algunas ocasiones en situaciones en las que he decidido dar una opinión política sobre algo y la gente me dice que debería estar calladito porque lo mío es cantar. Y eso pasa más a menudo de lo que creemos. Mbappé ha sido muy valiente y ha dicho una cosa que está muy bien... ¡Y tiene toda la razón! Pero ha salido un montón de gente diciendo que por ser futbolista no debería opinar. ¿Quién decide quién debe hablar y quién no? Yo prefiero que hable todo el mundo.

Iván Ferreiro durante una de sus actuaciones

Iván Ferreiro durante una de sus actuaciones / información

¿Y contempla la posibilidad de que algún fan deje de escucharle por su opinión política?

Sí, y cada uno es libre de hacer lo que quiera. El mundo se ha ido complicando con los años y cada vez es más complicado hacerlo todo bien. Uno quiere ser lo más ecológico posible, pero está comprando una chaqueta que probablemente ha cosido un crío en Bangladesh. Es muy difícil ser bueno en todo y cada vez veo a más gente que desea que no digamos ciertas cosas. Hay artistas que me gustan con los que no estoy de acuerdo políticamente. Por ejemplo, ahora tenemos el conflicto de Israel con Palestina y hay directores de cine americanos que están con los israelíes, pero a mí no me van a dejar de gustar sus películas. Hay ciertas dudas entre separar al artista de la obra y cada vez es más complicado opinar. Yo trato de disfrutar y de meterme en los menores jardines posibles. Trato de disfrutar la vida y luego, si alguien se siente ofendido por algo que he dicho, lo siento muchísimo. Lo siento siempre y cuando no sea un nazi (ríe).

Esta mañana he buscado su nombre en Google y me han salido noticias de su boda en la revista Hola, algo al alcance de las grandes estrellas de la música. ¿Puede uno ser artista indie y a su vez estrella del rock?

Mi aparición en este tipo de medios es puramente accidental. Se ve que están faltos de temas para llenar su contenido diario y tienen que meter en sus páginas a gentuza como yo (ríe). Ahora en serio, es una sorpresa verme en ese tipo de medios. Yo trato de mantener un perfil bajo y no me siento una estrella en ningún caso. Me considero una persona que trabaja duro, y así es como me gustaría que me recordaran, como esa persona que trabajó para hacer la mejor canción posible. De hecho, cada vez que me meto en algún lío público, casi siempre suelo arrepentirme. No por lo que pienso, sino porque no tengo ningún interés en que se me conozca más allá de la música que hago.

Siguiendo con esto, ¿hasta qué punto un artista puede seguir considerándose indie?

Eso es un misterio para mí también (ríe). Se habla del indie, pero básicamente es el desarrollo del pop español. El indie eran los grupos de pop español de compañías independientes que surgieron en los ochenta junto a la movida. Ahora hay grupos de compañías independientes, de multinacionales... Y supongo que cuando no tienen un estilo muy claro y mezclan sonidos, los meten en el cajón del indie. No es más que una etiqueta. En el fondo, si lo piensas, el disco de Aitana también está lleno de estilos muy distintos y toca muchos palos diferentes. Entonces, el indie fue una forma de llamar a los grupos del pop-rock españoles de toda la vida.

¿Cómo valora esa riqueza sonora que tiene la música española en la actualidad?

La música española ha ido mejorando con las décadas. Hay nostálgicos que creen que los años ochenta eran mejores, pero está claro que la cantidad de artistas, de grupos y de variedades musicales actuales es alucinante. Tenemos desde Rodrigo Cuevas o las Tanxugueiras hasta Arde Bogotá, Viva Suecia, Shinova o La oreja de Van Gogh, que sigue haciendo conciertos maravillosos. Están Zahara o María José Llergo haciendo cosas flipantes... Y solo digo los que se me van viniendo a la cabeza porque es inabarcable. La música española pasa por un estado de salud maravilloso. Hay una industria cada vez más madura donde hay sitio para más gente y estilos.

Y pese a esta madurez, hay cierto recelo hacia la palabla "pop".

Estoy muy de acuerdo con esa apreciación. Hay cierta tibieza hacia la palabra pop, pero a mí me encanta el pop, que no deja de ser toda la música que hacemos todos los que no hacemos música clásica. Suso Saiz, que es mi mentor y uno de los hombres más sabios que conozco, decía que pop era todo aquello que estaba en la memoria colectiva de la sociedad y de la gente. Así que Star Wars y AC/DC son pop.

Si llegas a decir eso en uno de los conciertos de AC/DC de La Cartuja, no se lo tomarían bien.

(Ríe). Pero AC/DC es parte de la música popular. Si no fuera popular, no llenaría estadios. Está lo popular y lo underground. Lo que lo peta y lo que van a ver cuatro personas contadas. Y si AC/DC es capaz de hacer giras mundiales, es porque está dentro de la música popular. Luego podríamos matizar y, por supuesto, ellos hacen rock, pero todo es fuerte o suave dependiendo con qué lo compares. Si le pones a un grupo de thrash metal al lado, se volverá una música muy blandita. Para que se entienda, yo creo que la música popular es la que oímos las personas de la calle. Cualquier persona ve una camiseta de AC/DC y sabe quiénes son, como también sabe que Angus Young hace ese movimiento con su guitarra y que su hermano tocaba con él. De la misma manera que todo el mundo sabe quién es Bruce Springsteen o Taylor Swift.

Ha mencionado la nostalgia. ¿Echa de menos los tiempos en los que no existían las plataformas digitales?

A mí me da un poco igual. A veces me pongo vinilos, otras veces los cedés y otras el Spotify. He de decirte que me parece mucho mejor ahora que, cuando escucho hablar de un grupo, puedo ir a buscarlo inmediatamente. Eso era impensable en mi época. Una vez, con 14 años, escuché una canción de The Cure y no sabía qué grupo era ni cómo encontrar esa canción. Te puedo poner ejemplos de varias canciones que tardé años en encontrar cuando era un chaval. Una fue In Between Days de The Cure, que la oí en una discoteca y... ojalá hubiera tenido el Shazam en ese momento. Por otro lado, el mito que se creó en mí de los Smiths como un grupo del que casi no había imágenes salvo de algún artículo que salía en El País hizo que me imaginara cosas increíbles sobre ellos... Algo que se acabó destruyendo. Una combinación de las dos cosas estaría bien, pero siempre es mejor que todos puedan acceder de forma rápida a la música.