Paco Sanguino presenta un proyecto teatral sobre Miguel Hernández y La Pasionaria al Consell

En esta distopía el poeta es premio Nobel de Literatura y Dolores Ibárruri, presidenta de la República

El dramaturgo propone la producción de la obra en Alicante al área de Cultura que dirige Vox

Paco Sanguino, junto al memorial de Miguel Hernández instalado en los juzgados de Alicante

Paco Sanguino, junto al memorial de Miguel Hernández instalado en los juzgados de Alicante / PILAR CORTÉS

Juan Fernández

Juan Fernández

¿Qué pasaría si la República hubiese ganado la Guerra Civil? Paco Sanguino, el que fuera director del Teatro Principal y vicepresidente de la Academia de Artes Escénicas de España, utiliza el recurso narrativo del condicional, el "¿y si...?" (what if...), para crear una distopía sobre una España que salió de la Guerra Civil con el bando democrático vencedor y con un gobierno de coalición de izquierdas, una España erigida como uno de los países clave en la victoria de los aliados sobre el fascismo en la II Guerra Mundial.

En esa restitución republicana salida de la mente de este dramaturgo alicantino, la figura del poeta oriolano Miguel Hernández es clave, pues se convierte en premio Nobel de Literatura en 1968 y se le tiene como el gran referente cultural español y europeo, pero también en una conciencia crítica de los sucesivos gobiernos de izquierda distópicos de la República. Por otro lado, Dolores Ibárruri, conocida como la Pasionaria, se convierte primero en Presidenta del Gobierno y luego de la República en una coalición socialcomunista. España, además, se consolida como uno de los primeros países en la construcción europea.

La acción transcurre en 1975, en el despacho de El Pardo de la presidenta Ibárruri, que tiene conversaciones, debates y discusiones con el poeta. En esos años, se ha producido la caída del muro de Berlín y el inicio de la perestroika para disolver la URSS. Unos eventos que se avanzan en el tiempo en esta ficción de Sanguino.

La acción desarrolla el conflicto entre los dos gigantes de la literatura y de la política y su momento álgido se produce cuando el Papa Pío XII presiona para la excarcelación del militar Francisco Franco por motivos humanitarios, excarcelación a la que se opone el primer ministro Manuel Fraga por la amenaza que supone a su partido conservador el auge de una derecha más allá de su partido. Además, esas reuniones de ambos reflejan también sus pérdidas, sus derrotas a pesar de la victoria, sus propias confrontaciones y los avatares de su intensa vida personal.

La obra, cuyo título es Después del odio, perífrasis de un verso de Miguel Hernández, no es solo una distopía, sino también un foco de atención de los riesgos constantes en los que se encuentra la democracia. De esta forma, el texto reflexiona sobre el poder, los autoritarismos, las dictaduras y la fragilidad de la democracia en un momento de inflexión ficcionado. "El trasfondo de la obra es la representación de una España distópica en la que se mantiene la república democrática, pero como parte de un ciclo histórico que se ve de nuevo en peligro con el resurgimiento de los fascismos, alentados por las pérdidas reales de democracias en los setenta, como la de Chile, Brasil, Argentina, Uruguay...".

Encuentra en esta obra en construcción un paralelismo directo con la situación actual de los estados europeos, sucumbidos por la proliferación de los partidos políticos de extrema derecha. El propio autor entiende que la tesis de la obra es la que circula hoy: "la democracia no se gana para siempre, se ha de apuntalar con la protección de las instituciones que la sostienen".

Ahora, expone este proyecto de producción a la Conselleria de Cultura que dirige Vicente José Barrera Simó para hacer realidad este proyecto que tendría su producción en Alicante. El dramaturgo cree que a estas alturas "no necesitamos seguir teniendo que demostrar que Alicante merece más producciones que las pocas que nos han concedido los distintos gobiernos en los últimos decenios". El proyecto de producción ha sido enviado a una petición de reunión en la delegación del IVC de Alicante.

"Por una parte, la Conselleria tiene la posibilidad de afianzar su actividad en Alicante más allá de la programación, ya que la propuesta incluye su producción en el Arniches o en el Principal, donde son titulares. Por otra parte, no voy a evitar reparar en que es una clara oportunidad para demostrar con hechos su declarada neutralidad llevando adelante un proyecto dramático sobre Miguel Hernández y Dolores Ibárruri", expone el dramaturgo.