Alicante vibra con España en la Plaza de Toros

La selección consigue la cuarta Eurocopa de su historia con ambiente de época en la terreta

España- Inglaterra: Aficionados alicantinos celebran la final de la Eurocopa

Jose Navarro

Joan Arjones

Nervios, éxtasis, emoción. En ese orden. Alicante volvió a celebrar con España. Cada rincón se impregnó de pasión. La Plaza de Toros, como punto álgido de reunión en la ciudad, se preparaba ante un partido memorable con un ambiente que recordó a aquellos años donde La Roja dominó el mundo. Después, bocinas a la salida, multitud de banderas y cánticos camino a Luceros. La Eurocopa ya es un hecho, y los alicantinos salieron a las calles a celebrar.

La plaza abrió sus puertas a las 19:00 horas. Miles de aficionados esperaban a la apertura en las inmediaciones con el objetivo de poder ver el encuentro de la mejor manera posible, pues la cola daba la vuelta a la plaza desde una hora antes del inicio. Se podía sentir la locura. El espectáculo preliminar fue el escaparate de lo que se viviría más tarde. La música de animación ambientó una previa donde ya resonaba la hinchada española, quien poco a poco abarrotaba el lugar. 

La alineación del partido fue presentada por el speaker del evento ante miles de personas que botaban, alzaban sus banderas y cantaban en los minutos anteriores al comienzo del partido. El momento del himno y el pitido inicial fueron los últimos momentos de nerviosismo para dar paso a la tensión.

Pese a las tablas a cero de la primera mitad y las escasas ocasiones de ambos conjuntos, el público no decayó en sus momentos de ánimo. El «España, España» resonaba en una Plaza de Toros con cerca de 8.000 personas que abarrotaban tanto el ruedo como la parte de la grada habilitada.

Éxtasis con los goles

Cada balón filtrado, cada entrada. cada saque de banda a favor. Todo se celebraba, pero el gol de Nico Williams hizo estallar a las casi ocho miles de personas congregadas. Entre ovaciones a los sustituidos, olas en la tribuna y cánticos varios, llegó el tanto de Cole Palmer que enmudecía a la Plaza de Toros. Al grito de «Sí se puede» llegaba Oyarzabal al remate para que se viniera todo abajo. Era el gol de todos. El gol que gritó toda España y que rompía el registro de decibelios en Alicante.  La tensión en los últimos minutos era más que palpable entre la afición española que se debatía entre las lágrimas y la subida de tensión. 

Pitido final. España era campeón de Europa y se consagra como una de las mejores selecciones del planeta, nuevamente. Los alicantinos coreaban los más clásicos cánticos nacionales o entonaban uno de los ritmos del verano; «Potra Salvaje». Tras el triunfo, la música en la plaza no se detuvo y se dio alrededor de una hora de celebración en la misma al compás de «La Roja Baila» o el famoso «We are the champions».

La noche no había acabado. Miles de hinchas marcharon desde la Plaza de Toros hacia Luceros para seguir con la fiesta española. Las gargantas vivían instantes críticos tras horas de sufrimiento, pero miles aficionados disfrutaban ante un hito histórico después de una década de travesía por el desierto. España vibra, Alicante también.