Doscientas empresas de la Comunidad se van cada año a Madrid por sus ventajas fiscales

Suponen el 40% de las compañías que deciden abandonar cada ejercicio el territorio valenciano. Los empresarios reclaman impuestos razonables e idénticos para el conjunto de las autonomías

Las comunicaciones también influyen en los traslados, y Barajas es el máximo exponente

Las comunicaciones también influyen en los traslados, y Barajas es el máximo exponente / miguelvilaplana

M. Vilaplana

M. Vilaplana

Cerca de 200 empresas deciden abandonar cada año la Comunidad Valenciana para instalarse en Madrid. Este es uno de los datos que justificarían el debate abierto sobre la armonización fiscal, con acusaciones cruzadas en las últimas semanas entre autonomías y el propio Gobierno Central, y la exigencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de que se compense de alguna forma el efecto capitalidad. Y es que la madrileña es la comunidad en la que se pagan menos impuestos, lo que genera una fuerte atracción para los negocios y contribuye a que el 40% de las firmas valencianas que deciden marcharse de su territorio lo hagan a la capital de España. Los empresarios, por su parte, reclaman una fiscalidad razonable, además de idéntica en el conjunto de las autonomías.

La presión fiscal madrileña es la más baja de España, lo que supone un atractivo para los negocios

El impuesto de sociedades, que grava directamente a las empresas, es de carácter estatal. Sin embargo, hay otros que se aplican a nivel autonómico y que también influyen para que un territorio pueda ser más atractivo que otros a la hora de establecer negocios. Y ahí la comunidad de Madrid no tiene rival, porque se trata del territorio nacional con unos impuestos más bajos. Empezando por el IRPF, con un tipo marginal del 45,5% frente al del 54% de la Comunidad Valenciana, un impuesto sobre patrimonio totalmente bonificado y otro de sucesiones y donaciones que lo está al 99%. A ello hay que añadir que Madrid es una de las plazas financieras más fuertes a nivel internacional y que cuenta con unas excelentes comunicaciones.

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El presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro / miguelvilaplana

«Lo que propicia los traslados es el efecto capitalidad, sobre todo para el sector de los servicios»

Salvador Navarro

— Presidente de la patronal CEV

Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, no es de extrañar que la capital española sea el punto de destino de numerosas empresas que deciden trasladarse desde sus territorios. En el caso de la Comunidad Valenciana, son cerca de 200 las empresas que cada año se marchan hasta allí, lo que supone alrededor de un 40% del total de las firmas que se trasladan. En el año 2019, antes de la irrupción de la pandemia, abandonaron el territorio valenciano 563 firmas, de las cuáles 182 acabaron en Madrid, primer punto de destino con diferencia. En 2020, ya con la crisis sanitaria a pleno rendimiento, fueron 403 las empresas que se marcharon, 206 de ellas a la capital del país. En el primer semestre del ejercicio actual, último dato disponible, se han ido 155 compañías, de las que 67 se han instalado en la autonomía madrileña. Hay que señalar, no obstante, que la Comunidad Valenciana también recibe empresas de otras autonomías. Concretamente, 590 en 2019, 338 en 2020 y 133 en el primer semestre de 2021.

Esta situación, que también se refleja en otros ámbitos, es lo que ha propiciado el debate sobre la armonización fiscal al que se está asistiendo en las últimas semanas, y que ha tenido en el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, a uno de sus principales impulsores. El jefe del Consell reclama una compensación económica por el efecto capitalidad de Madrid al resto de España, e incluso llegó a insinuar la posibilidad de plantear un impuesto para las rentas más altas madrileñas -algo que matizó más tarde-, que en un primer momento logró el apoyo del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y que por contra se topó con la negativa de la titular de Hacienda, María Jesús Montero. Por supuesto, la presidenta madrileña, Díaz Ayuso, también expresó su total rechazo a la iniciativa.

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La presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (Aefa), Maite Antón / miguelvilaplana

«Lo primero es corregir la infrafinanciación, pero después se deberían bajar los impuestos»

Maite Antón

— Presidenta de la Empresa Familiar

¿Y qué es lo que opinan los empresarios en relación a lo que está sucediendo? La presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (Aefa), Maite Antón, señala en primer lugar que «las compañías que formamos parte de nuestra entidad lo que queremos es quedarnos en nuestra tierra para crear empleo y riqueza, pero también es cierto que los impuestos altos suponen una traba».

En este sentido, aboga por que haya un equilibrio entre las diferentes comunidades autónomas. Según sus palabras, «los impuestos deberían ser iguales en todos los sitios para evitar la competencia actual, pero también razonables. En el caso de la Comunidad Valenciana es cierto que venimos arrastrando el tema de la infrafinanciación, y que esa es una cuestión que se debe corregir cuanto antes. Pero una vez que se consiga, si Madrid ha podido rebajarlos, nosotros también deberíamos ser capaces de hacerlo. Desde luego, sería muy importante para impulsar la actividad económica».

Antón incide en este aspecto y destaca que para el progreso de las empresas «hacen falta cuestiones que en estos momentos estamos viendo que son muy importantes, como la transformación digital. Pero para activar la economía y generar empleo también hace falta, insisto, que los impuestos sean razonables».

Por su parte, el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, opina que más que las ventajas fiscales, «lo que propicia que algunas empresas se marchen a Madrid es el indudable efecto capitalidad, sobre todo para aquellas relacionadas con el sector servicios, que buscan estar donde están casi todas las instituciones y más movimiento hay a todos los niveles».

Navarro, con todo, defiende también las ventajas existentes en el territorio valenciano, «como es el caso de los aeropuertos, el tráfico marítimo de mercancías o el polo de innovación que se está impulsando en Alicante».

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