Una puerta a la esperanza en Elche

Casi tres décadas de su puesta en marcha, Elche Acoge sigue cubriendo el vacío a miles de migrantes que llegan a la ciudad

La ONG cuenta con 37 profesionales en la nueva sede y 88 voluntarios, que siguen siendo insuficientes

La nueva sede de Elche Acoge

La nueva sede de Elche Acoge / Antonio Amorós

Diez de la mañana. Es un día soleado y aparentemente alegre, aunque no tanto para algunos. Veinte personas se encuentran en la puerta de la sede de Elche Acoge. Una fila de inmigrantes recorre la calle mientras esperan ser atendidos. La mayoría reflejan preocupación y tristeza a través de su mirada. Gran parte de ese grupo son mujeres de mediana edad. Me pregunto si es la primera vez que acuden a la asociación, si habrán llegado hace poco o si están solos o acompañados de otros familiares.

Observo que van pasando de uno en uno hasta la ventanilla de secretaría para contar el motivo de por qué están allí y qué es lo que necesitan. Muchos llegan con miedo, pues no saben qué servicios les ofrecerá la asociación. Al principio, algunas de estas personas dudan y se sienten inseguras y reservadas al solicitar asistencia. Sin embargo, es evidente que Elche Acoge desempeña un papel crucial en la ciudad al atender día tras día a decenas de personas inmigrantes que llegan en una situación vulnerable, sin ningún recurso que los proteja. Ciertamente, me pregunté de qué manera esta fundación mejora la vida de estas personas, que, desesperanzadas, llegan en silencio con el coraje de dejar su vida y su hogar atrás en busca de una vida mejor.

La coordinadora general de Elche Acoge, Trini Urban, me narró una historia con la que entendí perfectamente la función que llevan a cabo desde la fundación. En este relato cuenta cómo una joven mujer marroquí, de 36 años, que pasó por una de las casas de acogida de la fundación, logró independizarse, junto con su pequeño hijo de cinco años, aquel por el que sacaba fuerzas para salir de esa situación tan desfavorable. Pero la vida no siempre es justa, y trajo consigo una noticia que estremeció el mundo de la joven: un diagnóstico de cáncer de mama. En la soledad de su batalla - únicamente contaba con la compañía de su pequeño - esta valiente mujer se encontró ante un túnel de tratamientos médicos y cirugía.

Usuarias de Elche Acoge en un taller

Usuarias de Elche Acoge en un taller / Antonio Amorós

En su desesperación, volvió a Elche Acoge buscando apoyo emocional, con el motivo de afrontar esta complicada lucha de la mejor manera posible. Los dedicados trabajadores de la organización se volcaron completamente con ella y pasaron a ser un pilar de fuerza y esperanza para aquella chica. Se turnaban fuera de sus horas de trabajo para cuidar al niño mientras ella se enfrentaba a largas horas en el hospital, donde también estuvo acompañada. Tras la operación, la joven contó en todo momento con el apoyo, la compañía y el compromiso de la asociación. Nunca se sintió sola, pues siempre contaba con palabras de ánimo, la presencia de los miembros de la asociación y una mano a la que agarrar cuando le acechaba el miedo en los momentos más duros. «Elche Acoge siempre estuvo ahí cuando más lo necesitaba» ha destacado Trini Urban, emocionada tras recordar esta historia.

Treinta años de historia

Historias como esta aparecieron hace tres décadas por primera vez, cuando Elche Acoge empezó su travesía en el año 1994. Fue entonces cuando Rita Mari Coves, expresidenta y ahora presidenta de honor y fundadora de esta conmovedora asociación, abrió las puertas de su hogar a los migrantes que llegaban a la ciudad con esperanzas frágiles buscando un porvenir alentador. Los inicios se remontan a una dedicación inquebrantable por parte de Rita Mari Coves, que más que ayuda, ofrecía un refugio en su propia casa. Pero la necesidad era cada vez mayor, y los integrantes que se comprometieron con este proyecto se multiplicaron, por lo que decidieron mudarse a un antiguo y local para comenzar una nueva aventura que ayudaría cada año a más de 4000 personas vulnerables. A día de hoy, la asociación está compuesta del compromiso de 37 trabajadores y 88 voluntarios, que se empeñan en cubrir las necesidades de todas las personas que llegan hasta su puerta pidiendo ayuda. Sin embargo, muchos ilicitanos aún desconocen las labores de esta entidad.

¿Qué servicios ofrece la ONG?

Elche Acoge es una asociación que dirige el camino a conseguir una sociedad más justa, dedicado a proteger los derechos humanos. Es una fundación defensora de la inclusión, la igualdad y dispuesta a luchar contra la discriminación. Entre los servicios que ofrece, se preocupan por el bienestar y la salud mental de los inmigrantes que llegan, pues tal y como expresa la coordinadora general, «viven una odisea e intentamos que su proceso migratorio sea mucho más fácil para ellos».

También trabajan con el ámbito jurídico, con el fin de tratar asuntos de nacionalidad, sanciones, regulación de documentos o recursos, entre otros. Sin embargo, uno de los servicios que no debemos olvidar es el que lleva a cabo el área de Empleo y Empresa, pues es uno de los más importantes para que la persona inmigrante consiga llegar a ser autónoma y logre emanciparse para comenzar su nueva vida.

María Prió, responsable del área de Empleo y Empresa de la entidad, ha señalado que cada vez las empresas de Elche son más conscientes de que deben incluir en sus plantillas a personas de otra procedencia, con el fin de favorecer la inclusión y combatir la discriminación. «En parte creo que esta colaboración se lleva a cabo porque la responsabilidad social influye cada vez más en la ciudadanía», ha explicado Prió.

Centro de refugiados

La Fundación Elche Acoge abarca todo tipo de solicitudes, sean urgentes o no, de personas que salen de su país como consecuencia de conflictos armados, violencia de género, discriminación por orientación sexual o persecución por motivos políticos o culturales y/o religiosos. Por ello, además de las casas de acogida, cuentan con un centro de refugiados, que actualmente cuenta con 60 camas para adultos y cinco cunas para bebés o niños pequeños.

En este espacio, cuentan con un comedor social, actividades y talleres de manualidades o pintura, así como clases de español, que tan importantes son para aquellas personas que proceden de otros países y no hablan castellano. «Para nosotros, lo primordial es que estas personas sean autónomas en su día a día», ha comentado la coordinadora de la asociación.

Té, costura o asistir al teatro

Estas actividades pueden resultar muy comunes, pero para algunas personas son inviables. Debido a una situación complicada, los inmigrantes centran su atención en otro tipo de tareas o labores y se olvidan de disfrutar de su tiempo de ocio. Desde Elche Acoge, nos cuentan cómo para ellos también es importante satisfacer los gustos personales de cada usuario, aparte de las necesidades básicas. La asociación ofrece talleres y actividades a niños, que se centran en manualidades, en clases de español, en deporte o incluso en visitar el estadio de fútbol Martínez Valero para presenciar un partido del Elche CF. Sin embargo, también hay actividades dirigidas a adultos.

Por ejemplo, Urban nos ha comentado que aprovechan el horario en el que los menores están en las aulas para realizar reuniones con las madres y de esta manera, mejorar su castellano - muchas proceden de Marruecos, Ucrania o Argelia y desconocen la lengua - mientras hacen talleres de costura o toman el té. De esta manera pueden relacionarse entre ellas y crear un vínculo de amistad que les ayudará a comprenderse mejor, compartir problemas o incluso ayudarse unas a otras. Hacer una salida del refugio o de la casa de acogida para asistir al teatro y disfrutar de un espectáculo es un ejemplo que, según nos ha explicado Trini Urban, facilita el proceso migratorio, pues «estas personas se sienten más agradecidas y valoradas por el hecho de hacer algo que veían inalcanzable y priorizarse. De este modo, aprenden que, a pesar de los obstáculos, la vida también puede ser bonita».

Más voluntarios

Ochenta y ocho son las personas que emplean su tiempo y compromiso en ayudar a aquellas que proceden de otros países y llegan buscando una vida mejor. La vicepresidenta de Elche Acoge, Adriana Florentino, se encarga de tramitar las solicitudes de voluntariado y ha enfatizado que «Elche Acoge sin voluntariado no puede funcionar, por ello necesitamos más voluntarios, que se involucren en nuestra labor para ayudar a estas personas a alcanzar un futuro digno».