Dos detenidos más en Elche en el caso de la falsa hija del rey y un imputado por abuso sexual

La Policía Nacional ha detenido a dos personas más en el marco del operativo en Elche contra la denominada falsa hija del rey emérito. De esta manera, la cifra de arrestados se eleva ya a nueve personas, dentro de una investigación que se centra en un delito contra los derechos de los trabajadores, junto a otros como los de odio, amenazas, usurpación de identidad, organización criminal y contra la salud pública. A ellos se les suma ahora otro más: el de abuso sexual que se le imputa a la pareja de Ana María, como se conoce a esta mujer que se hacía pasar en algunos casos por hija de Juan Carlos I y en otros por descendiente de Franco, para conseguir dinero y negocios, y que ya había sido detenida en otras ocasiones anteriores, dentro y fuera de la provincia de Alicante.

La Policía Nacional detiene en Elche a la falsa hija del rey

El operativo, liderado por la Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Comisaría de Elche, se ponía en marcha después de que varios trabajadores y extrabajadores denunciaran a la familia, que vivía de alquiler en un chalet de Bonavista de 400 metros cuadrados en el que en determinados momentos llegaron a estar empleadas en las tareas domésticas, el cuidado de la veintena de perros con que contaban o en labores de jardinería en torno a unas diez personas al mismo tiempo.

La detención en Elche de la falsa hija del rey, en imágenes

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Varias horas de registro

Fue así como se puso en marcha una investigación por un delito contra los derechos de los trabajadores que el pasado 13 de junio culminó con varias horas de registros en la casa y en la construcción anexa, y con las detenciones de Ana María -que tiene una discapacidad fruto de una meningitis y que fue trasladada a dependencias policiales en una ambulancia-; sus dos hijos y dos supuestas empleadas que estaban en el inmueble en esos momentos. 

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Al hospital

Además, la pareja de la falsa hija del rey, en situación de dependencia como consecuencia de varios episodios cardiovasculares, según el propietario de la vivienda en la que residían, también fue desplazado en transporte sanitario, aunque, en su caso, para llevarlo al hospital, para evaluar su estado de salud y regularle la medicación. Fue allí, tras comprobar que no había ningún tipo de incapacidad que le hiciera inimputable, donde quedó detenido. 

Esa misma tarde, además, se arrestaría a una séptima persona que no se encontraba en la residencia de Ana María en el momento de la actuación policial, pero que fue localizada poco después. En concreto, un hombre que, al parecer, era el chófer encargado del traslado del personal que trabajaba en la vivienda.

Dos más

Siete detenciones a las que se han sumado otros dos arrestos. Por un lado, el de una mujer que en su día trabajó como encargada del personal que atendía a la familia. Por otro, el de un hombre que hizo que se viviera uno de los momentos más surrealistas el día del registro, el pasado 13 de junio. Se trata de un joven que, al llegar a la zona -aún no acordonada en esos momentos, pero con todo el dispositivo policial en marcha- y comprobar la presencia de los agentes, trató de dar la vuelta en la replaceta en la que está situada la casa, alegando ante los policías que se había equivocado por culpa del GPS.

Sin embargo, en ese momento, llegó uno de los dos abogados de la familia -el otro estaba en el interior de la casa-, y lo presentó como compañero del despacho. La Policía Nacional, al final, lo identificó, aunque, finalmente, ha sido detenido por supuestas coacciones a alguno de los trabajadores.

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Casi 20 testimonios

A la hora de desplegar la actuación y de practicar estas nueve detenciones, de hecho, han sido fundamentales los cerca de 20 testimonios de empleados y exempleados, y no se descarta llegar a alguno más. Denunciaban no sólo que estaban en situación irregular. También que habían sido sometidos a trato denigrante y que, en determinadas situaciones, hasta se habían producido amenazas y coacciones, con jornadas interminables sin tiempos de descanso, impagos de los salarios o insultos racistas.

Incluso vejaciones tales como enviarlos a comer en el mismo lugar en el que estaban los perros, o amenazas de deportación a sus países. Se aprovechaban, pues, de la vulnerabilidad de estos trabajadores que estaban en situación irregular y que en la mayoría de los casos procedían de Latinoamérica. Eso es lo que derivó en la investigación del delito contra los derechos de los trabajadores, junto al de odio, amenazas y organización criminal. 

Tarjeta sanitaria

Por otra parte, también se les investiga por un delito de usurpación de identidad, después de descubrir que el supuesto marido de la falsa hija del emérito se identificaba en los centros sanitarios con la tarjeta de otra persona y que, por tanto, se le recetaba la medicación con una identidad que no era la suya. 

No sólo eso, también se les imputa un delito contra la salud pública, después de que alguno de los empleados denunciara que al hombre se le estaba administrando más medicación de la pautada para tenerlo en un estado de alteración de la conciencia y que estuviera «tranquilo».

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En cualquier caso, eso no quita para que al hombre se le investigue también por abuso sexual, por tocamientos a alguna de las trabajadoras, que así lo denunció ante los agentes de la Policía Nacional. Todo porque, además, antes de ser detenido, en la revisión que se le hizo en el hospital, se comprobó que sí era imputable.

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