Increíbles criaturas de la Prehistoria bajo llave en Elche

El Museo Paleontológico supera las 60.000 piezas fósiles, la mayoría preservadas en almacenes, y por su 20 aniversario reivindica una ampliación para exhibir los restos de ejemplares únicos como un dinosaurio de 13 metros y un mastodonte primitivo

El investigador italiano Marco Ferretti junto a la mandíbula de un mastondote que guarda el MUPE

El investigador italiano Marco Ferretti junto a la mandíbula de un mastondote que guarda el MUPE / Áxel Álvarez

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Cuando uno cruza por primera vez el umbral del Museo Paleontológico de Elche (MUPE), se lleva una grata sorpresa. Y es que la fachada de la infraestructura desde la Plaza de Sant Joan, en El Raval, no hace justicia al mundo que se descubre dentro. A la semana son múltiples las visitas de escolares y turistas que pasean por sus pasillos, llegando a batirse récord en 2023 con más de 20.000 usuarios anuales. Ahora bien, si la infinidad de restos prehistóricos expuestos son curiosos, existe una zona a la que muy pocas personas tienen acceso: los almacenes y laboratorios. Es ahí donde se atesora el grueso de un patrimonio clave para entender los periodos de la historia geológica del Planeta. 

Miles de fondos

El MUPE dispone de 60.000 piezas fósiles de invertebrados, vertebrados y especies de botánica de incalculable valor, y la inmensa mayoría llevan más de una década guardadas en cajas sin que el gran público las haya podido ver nunca. Desde la infraestructura, gestionada por la Fundación Cidaris, reconocen que los depósitos están al 99% de capacidad y precisamente este 2024, cuando cumplen dos décadas como museo en el barrio, reivindican «dar el salto» y crecer para no estancarse.

Ansían mejorar el presupuesto para asegurar personal a tiempo completo, avanzar en la investigación y contar con más salas para facilitar la rotación con las exposiciones. El sueño es que algún día los ejemplares más impresionantes, que están conservador en cajas herméticas bajo llave, puedan verse con todo su esplendor.

Por todo ello urgen una mayor implicación de la Administración «e ir todos en la misma dirección para poner al MUPE donde se merece», resalta la paleontóloga y directora Ainara Aberasturi, una de esas personas con las que sólo hace falta compartir unos minutos para sentir la convicción y la pasión por lo que hace entre estas cuatro paredes que se han convertido en su segunda casa. 

Mastodonte único

Uno de los fondos que más atenciones ha recibido son los huesos de una especie única de mastodonte (proboscidio) del Mioceno Superior (que vivió hace más de ocho millones de años), y que fue excavado en el yacimiento de mamíferos CR2 de Crevillent hace tres lustros.

El reconocido paleontólogo italiano Marco Ferretti, de la Universidad de Camerino, se desplazó a Elche hace unas semanas interesado en este ejemplar, del que se lograron rescatar partes interesantes del cuerpo así como de la órbita del cráneo y la mandíbula. Plinio Montoya, especialista de la Universidad de València que ha dirigido tesis sobre estos mamíferos indica que las primeras documentaciones de este yacimiento crevillentino, que es de referencia mundial en cuanto al periodo Turoliense Inferior, parten de los estudios de un geógrafo francés en 1960.

Restos del hallado dinosaurio de Níger que atesora el MUPE

Restos del hallado dinosaurio de Níger que atesora el MUPE / Áxel Álvarez

Excavaciones

En 1980 lo redescubrió la Universidad de València y el Museo de Ciencias Naturales, hasta que se reanudó de urgencia la campaña en 2005, cuando el MUPE codirigió los trabajos y se hallaron restos que se estaban erosionando.

Se localizaron entonces huesos y dientes de al menos otros tres individuos sobre el mismo terreno. En este espacio se han excavado unos 200 metros cuadrados en la sierra crevillentina, una pequeña parte del potencial de la zona, aunque lleva sin intervenirse en el lugar desde hace quince años. 

En cuanto al mastodonte, el investigador italiano indicó que gracias a este material se puede investigar la relación de parentesco con otros ejemplares de la misma etapa y con los elefantes, ya que podría tratarse de uno de los antecesores más próximos a las especies actuales que se diferenciaban de estos, principalmente, por el tamaño de los colmillos.

A pesar de que se han encontrado otros mastodontes en España, hasta ahora se cree que el hallado en Crevillent tiene una forma particular. En cuanto a las dimensiones, basándose en los huesos de los que disponen, pudo medir unos tres metros de altura.

Las piezas han permitido recrear cómo era el ambiente en este periodo evolutivo, ya que se añaden a los fondos dientes de tigre de sable, hienas, jirafas de pelo corto o puercoespines. 

Dinosaurio de trece metros

Además de las colecciones del museo a través de su grupo cultural, el MUPE también gestiona bienes de dominio público de proyectos en el extranjero como el que dio lugar a la recuperación del Pinophorosaurus nigerensis en Níger (África), el dinosaurio de cuello alto y cola larga más primitivo y más completo que se ha hallado en el mundo, que se custodia en Elche y que ha generado expectación hasta el punto que incluso investigadores de Argentina o de la Universidad de Chicago han querido observarlo de cerca. 

Esta especie, que habitó en la Tierra hace más de 170 millones de años, pudo medir más de trece metros de largo y hay cientos de huesos en bolsas y cajas ignífugas almacenados en el MUPE. La fundación está segura de que sería un «caramelo» para atraer visitantes y aumentar la divulgación didáctica en centros escolares que algún día pueda exhibirse a tamaño real la réplica de este y otros ejemplares . 

Los espacios soñados

«Debería ser de inmediato, o al menos en un corto plazo, que no lleguemos a otra legislatura porque se podría solucionar ese tema», apunta José Manuel Marín, presidente de la fundación, que entiende que para dar este paso deben cambiar las posibilidades del espacio actual cedido por el Ayuntamiento. Lo óptimo, exponen, sería contar con 3.000 metros cuadrados de exposición y 2.000 de almacén y laboratorio. Son conscientes de que sería complicado llegar a esas cuotas pero sí proponen una ampliación con locales anexos para descongestionar el museo y abrir nuevas salas. 

La directora del MUPE, Ainara Aberasturi, junto a algunos restos fósiles

La directora del MUPE, Ainara Aberasturi, junto a algunos restos fósiles / Áxel Álvarez

Marín enfatiza que el museo es reconocido también por tener una de las mayores colecciones de minerales de la Comunidad Valenciana, más de 7.000 minerales y se atesoran unos ocho géneros y especies nuevas de fósiles como erizos y gasterópodos (caracolas) con más de 45 millones de años que fueron encontrados en puntos de la provincia de Alicante y que según el responsable de la fundación tienen el «mismo valor patrimonial que la Dama de Elche». Por ello lamenta que pese a la relevancia de estos fondos la falta de dependencias limita las exposiciones. 

Aval de la ciencia

Los métodos de inventariado y valoración que siguen en el museo a través del proyecto de gestión Fopali han hecho que el proyecto ilicitano esté avalado por la Sociedad Española de Paleontología. Sin embargo, mientras investigadores mundiales han visitado las estancias, y ha servido como punto de estudios para TFG y tesis doctorales, la falta de recursos económicos es lo que más quebraderos de cabeza les da. Aunque se encuentran en un punto más dulce que hace algo más de una década, cuando se quedaron sin personal, siguen necesitando más manos, ya que actualmente sólo son tres científicos a tiempo completo y uno a media jornada que tienen que asumir varias funciones. 

Convenio

Aunque cada vez tienen más apoyo de socios y empresas, el grueso de la financiación parte de la aportación del Ayuntamiento, que este año aumentó el convenio de 40.000 a 60.000 euros por el aniversario. Esperan que la disposición, al menos, se mantenga, de la misma forma que les gustaría tener partidas fijas de la Diputación o la Generalitat en lugar de sólo concurrir a subvenciones por proyectos. 

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