Los más madrugadores de la mascletà

Desde las 9 horas se puede ver a aficionados y peñas montar sus puestos en torno a Luceros, con mesas, sombrillas y mucha bebida para hidratarse, con el objetivo de garantizarse un lugar privilegiado desde el que seguir las mascletás con la mejor posición. La mayoría de estos alicantinos llevan años cumpliendo el ritual y se han convertido en seguidores de lo más exigente

Los primeros de la fila en la mascletà

Pilar Cortés

Borja Campoy

Borja Campoy

Cinco horas antes de que comiencen las mascletás, sobre las 9 horas, ya se puede ver a los primeros alicantinos en el perímetro de vallas que rodean Luceros. Son los más madrugadores de las mascletás de Hogueras, aficionados a la pólvora que hacen el sacrificio de pasar unas horas de calor para poder disfrutar del espectáculo pirotécnico en una posición de privilegio, lo más cerca posible. Cuando acaba la mascletà también tienen la posibilidad de saludar a los pirotécnicos, hacerse fotos con ellos y, si ocurre como este jueves, en el que se cumplen las expectativas con un terremoto de altura, cantar «esto sí es una mascletà». 

Aunque a las 9 horas ya se pueda ver a los más madrugadores la hora sobre la que empiezan a aparecer estos aficionados es en torno a las 10.30. Eso sí, conforme avanzan las Hogueras y llegan los días más especiales, tienen que ir más temprano. «Esos días ya tenemos que aparecer a las 10 horas por aquí si queremos garantizarnos un buen sitio», afirma Rafael Bernabéu, que forma parte de una de las peñas que acuden a ver las mascletás en la céntrica fuente alicantina, en su caso con el nombre De las 13 horas. Al igual que Bernabéu, son muchos los que se juntan con amigos de distintos puntos de la ciudad para formar una peña. Por eso también se puede ver a El macetero, El pai pai, El rincón de Paco u Orangutanes. Todos estos aficionados dan color a la fiesta e intentan participar de una forma activa. Por esto, por ejemplo, la peña De las 13 horas elige cada año a su personalidad de las Hogueras, un honor que esta vez ha recaído en el jefe del Consell, Carlos Mazón, al que el martes le entregaron un polo con su nombre bordado. 

La peña del Macetero lleva este nombre porque hacen uso de este utensilio para llenarlo de hielo y refrescos. La hidratación es una clave para resistir el calor que va apretando conforme se acerca el esperado momento de las 14 horas. Al margen de bebida, otros objetos imprescindibles para hacer frente al sol son las sillas de playa, las mesas, las sombrillas y los sombreros. «Me gusta estar en primera fila, oler la pólvora. Se me ponen los pelos de punta», relata el joven César Díaz, uno de los integrantes de la peña El Macetero. 

Entre los más veteranos que acuden temprano día tras día para conseguir un lugar de excepción se encuentra Paco March, de 82 años, que da nombre a la peña El rincón de Paco. «Llevo acudiendo a las mascletàs desde hace más de 30 años y lo seguiré haciendo mientras Dios me dé salud», sostiene. Sus más de tres décadas disfrutando de la pólvora le han llevado a ver espectáculos en muchos puntos de la ciudad pero se muestra contundente a la hora de defender a Luceros como el mejor: «Una semana al año no afecta a la fuente. Mucho más perjudicial es el tráfico de todos los días». 

Aunque no son profesionales de la pirotecnia su experiencia convierte a los más madrugadores en un público muy entendido, a la vez que exigente. Hasta el día 24 se les podrá seguir encontrando desde primera hora en Luceros.