La Hoguera Oficial entierra la leyenda del Negre Lloma

El mítico personaje que habitó Alicante en la primera mitad del siglo XX aparecía en la maqueta de "Leyendas alicantinas" presentada en septiembre aunque finalmente fue sustituido por la historia del pianista del Salón Azul

La leyenda de la pianista del Salón Azul del Ayuntamiento, ninot que ha sustituido al Negre Lloma en la Hoguera Oficial.

La leyenda de la pianista del Salón Azul del Ayuntamiento, ninot que ha sustituido al Negre Lloma en la Hoguera Oficial. / Pilar Cortés

El Negre Lloma es uno de los personajes más populares de la historia reciente de Alicante. Fue un hombre que residió en la ciudad desde 1914 hasta el inicio de la guerra civil y que fue vagabundo en la misma tras incendiarse el barco petrolero en el que trabajaba como cocinero. John Moore, su verdadero nombre, tuvo la oportunidad de regresar a su país, pero prefirió pernoctar en las principales calles de la localidad y vivir de la caridad. Son varias las leyendas que le rodean, pero las dos más populares son que sus restos fueron confundidos con los de Primo de Rivera y que su perfil es el que inspira el escudo del Hércules Club de Fútbol.

Su presencia se esperaba también en la Hoguera Oficial de este 2024, "Leyendas alicantinas" del artista Pedro Espadero. Una hoguera que cuenta en sus bajos con distintas leyendas de la provincia, como la Cara del Moro, San Nicolás, el Lobo Marino (Tabarca), El Cantó (Elche), Sant Jordi (Alcoy), La Encantá (Rojales) y Virgen de Agres. También originalmente con el Negre Lloma, anunciado en la presentación, aunque finalmente se sustituyó por la leyenda de la pianista del Ayuntamiento de Alicante.

De hecho, el Negre Lloma no estuvo solo en la maqueta y en la presentación, sino en la visita de la Bellea del Foc y sus damas de honor al taller de Espadero el pasado 4 de junio. Al menos, en el comunicado de prensa que envió el Ayuntamiento, que se remitió a los medios minutos antes de la llegada del alcalde, Luis Barcala, y de las representantes del Fuego al taller, y en la que se insistía en el Negre Lloma como una de las leyendas que estarían en los bajos de la hoguera.

El Negre Lloma, proyectado en la maqueta de la Hoguera Oficial presentada en septiembre.

El Negre Lloma, proyectado en la maqueta de la Hoguera Oficial presentada en septiembre. / Alex Domínguez

La realidad fue que Espadero ya habló a las representantes de la Fiesta de la leyenda de la pianista. Una extendida entre quienes han trabajado en el edificio consistorial, en especial por la noche y cuando todo se queda en silencio, donde varias personas aseguran haber escuchado el sonido de unas notas de piano. El alcalde confirmó en el taller la existencia de esta leyenda aunque remarcó que él no la había experimentado. En ningún momento de la visita se habló del Negre Lloma excepto en el comunicado del gobierno local.

¿Por qué se cambió la escena?

El motivo del cambio, señala el artista Pedro Espadero, se realizó en octubre, apenas unas semanas de presentar las maquetas de forma oficial en el Ayuntamiento de Alicante. "Lo cambié yo en octubre, pensé que era más oportuna. Me contaron la leyenda de la pianista del salón azul y me hacía más gracia. Pregunté al Ayuntamiento si podía cambiarla y, como no me contestaron, lo hice por silencio administrativo", explica el artista a preguntas de este diario.

Desde el Ayuntamiento sostienen una versión diferente. Indican que no se consideró que el Negre Lloma pudiera ser considerado una leyenda, lo que impulsó a buscar una alternativa.

El Negre Lloma inspira un popular dicho alicantino. Ser "més gos que el Negre Lloma", que alude a la fama de vago y a sus inclinaciones a la bebida. Un fragmento de la obra “Alicante una ciudad en el recuerdo” escrita por el cronista Fernando Gil Sánchez, describe al Negre Lloma de la siguiente manera: "Con sus zapatones gigantes, rotos y desgastados. Con su raído costal de pita, al hombro. Con su figura monumental, más enorme por su negror. Con su sonrisa de lengua roja y dientes blanquísimos. Con su cabeza de anillado cabello, sucio y blanco de tierras. Con sus ademanes y movimientos cadenciosos como pasos de baile, como mágicos ritmos. Con sus pantalones guangos y su chaqueta siempre desabotonada y aleante. Con su botella de gasolina de la que tomaba sorbos, asombrándonos lanzando un violento chorro sobre un algodón en llamas para apagarlo después dentro de su boca".

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