Calp no quiere que sus playas sean un "cenicero"

El Ayuntamiento inicia una campaña informativa y de concienciación para evitar estos deshechos en la arena perjudiciales para el medio ambiente

Una de las playas de Calp.

Una de las playas de Calp. / David Revenga

"La playa no es un cenicero". Este es el lema directo de una nueva campaña informativa que ha lanzado el Ayuntamiento de Calp para concienciar a los usuarios de que no tiren colillas en la arena del municipio. Así el objetivo es reducir este tipo de residuos porque es uno de los más difíciles de tratar y de los más perjudiciales para el medio ambiente.

La campaña se concreta en la difusión en redes sociales y en los accesos a las playas de diversas infografías que con el lema "La playa no es un cenicero" donde se explican las consecuencias de verter colillas en las playas detallando que cada colilla puede llegar a contaminar entre 8 y 10 litros de agua marítima o que las colillas son la principal fuente de desecho encontrado en los océanos por encima de botellas o envoltorios plásticos.

La iniciativa se completa con la distribución de ceniceros reutilizables que podrán encontrarse en los puntos de información turística situados en las playas de Arenal-Bol y la Fossa y en la oficina de turismo de Las Salinas.

El concejal de Medio Ambiente, Pere Moll, ha señalado "desde la Concejalía de Medio Ambiente se va a incidir mucho este verano en la educación medioambiental que es una de los factores para la consecución de la bandera azul, empezamos concienciando sobre el problemas de las colillas en las playas pero continuaremos con otras campañas referentes a la posidonia y la gestión de los residuos".

Cada minuto, 8 millones de colillas acaban en la naturaleza desprendiendo más de 7.000 sustancias tóxicas, según una investigación de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Las colillas están hechas de acetato de celulosa, un componente derivado del petróleo, es decir materiales plásticos no biodegradables.

En 2022, el 25% del total de las playas de la Costa Blanca, de forma total o parcial, eran libres de humo. Son 43 espacios, más de la mitad de los arenales de la Comunidad Valenciana, integrados en una red que promueve playas de arena, roca o calas donde preservar a los bañistas de los efectos del tabaco y de sus residuos. Entre ellas, El Campello, con 17 zonas de esparcimiento junto al mar en las que no se puede fumar; La Vila Joiosa, con trece; Alicante y Elche con seis cada una, y Dénia, con una, forman parte de este listado. Se calcula que el 15% de las colillas acaban en la arena: solo en las playas del municipio de Alicante se recogían el pasado año al día 2.500 cigarrillos.