Fauna en peligro

Así ayuda la NASA a proteger a los tigres, los jaguares y los elefantes

Las observaciones desde satélites ayudan a monitorear hábitats naturales cruciales para estas especies

Los elefantes buscan refugio en bosques densos.

Los elefantes buscan refugio en bosques densos. / Unsplash

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El aumento de la población humana en la Tierra y la creciente urbanización están provocando la invasión de hábitats naturales y, en consecuencia, muchas especies animales ven seriamente amenazadas sus poblaciones y algunas, incluso, corren serio peligro de extinción.

El mapeo de los hábitats de la vida silvestre utilizando satélites es un área de la ecología que está en la actualidad en rápida expansión, y en este punto la NASA juega un papel crucial. Tigres, jaguares y elefantes son algunos de los animales vulnerables cuyos hábitats la agencia espacial está ayudando a rastrear desde el espacio.

"Los satélites controlan vastas áreas de la superficie de la Tierra en horarios diarios o semanales", apunta Keith Gaddis, director del programa de conservación ecológica en la sede de la NASA en Washington. "Eso ayuda a los científicos a monitorear hábitats cuyo estudio desde el suelo supondría un enorme desafío logístico y consumiría mucho tiempo", añade. Y el tiempo es crucial para estos animales, en trance de desaparición.

Bosques ‘vacíos’ ideales para los tigres

Los tigres han perdido el 93% de su área de distribución histórica, que en tiempos abarcó casi toda Eurasia. Quedan aún la actualidad entre 3.700 y 5.500 tigres en libertad, aproximadamente. La especie está catalogada como ‘en peligro de extinción’.

En una reciente investigación, un grupo de científicos revisó más de 500 estudios que contenían datos sobre los tigres y su hábitat en toda Asia. El equipo descubrió que el área donde se sabe que viven estos grandes felinos disminuyó un 10%, de aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados en 2001 a unos 900.000 en 2020.

Una hembra de tigre con su cachorro.

Una hembra de tigre con su cachorro. / Pixabay

Dirigido por la Wildlife Conservation Society (WCS) y financiado por el programa de Conservación Ecológica de la NASA, un equipo de investigadores desarrolló una herramienta que utiliza Google Earth Engine y las observaciones de la Tierra de la NASA para monitorear los cambios en el hábitat del tigre. El objetivo, ayudar a los esfuerzos de conservación casi en tiempo real, utilizando datos de varios generadores de imágenes.

Los investigadores cartografiaron grandes extensiones de ‘bosques vacíos’ en los que no hay presencia de tigres, pese a que son un hábitat adecuado y suficientemente grande para ellos. "Si los tigres pudieran llegar a esas áreas, ya fuera mediante dispersión natural o mediante reintroducción activa, se podría aumentar la base terrestre de la especie en un 50%", resaltan los científicos.

"Todavía hay mucho más espacio para los tigres en el mundo de lo que pensaban incluso los expertos en esta especie", destaca el autor principal Eric Sanderson.

La deforestación amenaza a los jaguares

Los jaguares alguna vez ocuparon todo el espacio que va desde el suroeste de Estados Unidos hasta Argentina. Pero en el último siglo han perdido la mitad de su área de distribución, según los cálculos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Al igual que los tigres, los jaguares deben lidiar con la caza furtiva y la pérdida de fuentes de alimento y de hábitat. Los jaguares salvajes suman en la actualidad entre 64.000 y 173.000 individuos, y la UICN los clasifica como ‘casi amenazados’.

En el Gran Chaco, el segundo bosque más grande de América del Sur, que se extiende por Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, los jaguares y otros animales viven en un ecosistema especialmente amenazado. Este ecosistema ha experimentado una grave deforestación.

Ejemplar de jaguar.

Ejemplar de jaguar. / Pixabay

Utilizando datos sobre el uso de la tierra y la infraestructura, además de observaciones de la Tierra con visores de imágenes, investigadores financiados por la NASA mapearon áreas de conservación prioritarias para jaguares y otros animales. Alrededor del 36% de las áreas prioritarias en el Chaco argentino son actualmente zonas de "baja protección", donde se permite la deforestación.

"Los gestores y conservacionistas podrían utilizar la información espacial para ver dónde la zonificación forestal actual protege a animales clave y dónde puede necesitar una reevaluación", dijo el autor principal Sebastian Martinuzzi.

Conflictos entre humanos y elefantes

Los elefantes africanos de la sabana ocupan ahora aproximadamente el 15% de su área de distribución histórica y su número ha disminuido drásticamente. Un estudio de 2016 examinó alrededor del 90% del área de distribución de los elefantes y estimó que su número se redujo en 144.000 ejemplares entre 2007 y 2014, quedando entonces aproximadamente 352.000 individuos. En 2021, la UICN actualizó el estado de los elefantes a ‘en peligro de extinción’.

Un estudio reciente utilizó índices de vegetación obtenidos por satélite de la NASA y otros datos para estudiar a los elefantes en la Reserva Nacional Masai Mara de Kenia y en zonas cercanas semiprotegidas y desprotegidas.

Los investigadores descubrieron que, especialmente en las áreas desprotegidas, los elefantes preferían los bosques densos, particularmente a lo largo de los arroyos, y evitaban las áreas abiertas como los pastizales, especialmente cuando hay humanos presentes. Pero los albergues turísticos a menudo se construyen en esos bosques.

"Dar prioridad al acceso de los elefantes a los bosques en áreas no protegidas debería ser de suma importancia para los administradores de tierras", dijeron los investigadores.

Una hembra de elefante y su cría en una zona boscosa.

Una hembra de elefante y su cría en una zona boscosa. / Unsplash

"Debido a que los elefantes evitan los pastizales, algunas de esas áreas podrían usarse para el desarrollo o la ganadería, equilibrando la necesidad de desarrollo económico y el hábitat de los elefantes", recoge en un artículo la escritora científica Emily DeMarco, haciéndose eco de los consejos de los científicos.

La UICN también clasifica a los elefantes asiáticos como ‘en peligro de extinción’. En el sur de Bután, la depredación de cultivos y la aproximación de la vida silvestre a los asentamientos humanos están intensificando los conflictos entre humanos y elefantes.

Desde 2020 académicos butaneses que estudian en Estados Unidos participan en un programa que utiliza observaciones de la NASA y otras informaciones para modelar la idoneidad del hábitat actual y mapear las rutas de vida silvestre entre hábitats, contribuyendo a estrategias que reduzcan el riesgo de conflicto.

Estudio sobre los tigres: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fcosc.2023.1191280/full

Estudio sobre los jaguares: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0006320723003580

Estudio sobre los elefantes: https://link.springer.com/article/10.1186/s40462-023-00436-8

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