¿Tienes huevos en la nevera desde hace días y no sabes si aún se pueden consumir o ya están en mal estado? Si están pasados las consecuencias pueden ser devastadoras para tu salud. Lo más probable es que sufras una intoxicación y tengas diarrea, vómitos, náuseas e incluso fiebre. Si tienes estos síntomas lo mejor es hidratarte bebiendo bastante agua y que comas aunque te encuentres sin ganas. Si empeoras, acude al médico con urgencia y explica lo que te ha pasado.

Los huevos son un producto que, aunque en la nevera aguanten muy bien, cuando están en mal estado pueden llegar a ser muy peligrosos. Si en algún momento has consumo huevos en mal estado y te han sentado mal o si prefieres, en ocasiones, deshacerte de ellos antes que arriesgarte, aquí tienes unos pequeños pasos para saber si un huevo está en mal estado:

-Si hemos cocido ya el huevo, al cortarlo por la mitad podemos ver el estado de la yema. Si está centrada y con una cámara de aire pequeña, el huevo está bueno, si está hacia un lado es mejor no comerlo.

-Si aún no lo hemos cocinado puedes agitar el huevo y si oyes que la yema golpea con la cáscara deberías desecharlo.

¿Flota?

Hay una forma infalible para saber si los huevos están en mal estado o no están frescos, y, lo mejor, es que no te hará falta abrirlos y "enfrentarte" a la cruda realidad en el caso de estar en mal estado.

Se trata de coger un bol o un cazo y llenar dicho recipiente de agua, una vez tenga la suficiente, pon el huevo en su interior y si este flota deberás tirarlo rápidamente puesto que estará en mal estado y no es apto para consumirse. Si, por el contrario, el huevo permanece pegado al fondo del bol o el cazo, sigue fresco y puedes abrirlo y cocinarlo sin problema.

Los huevos deben conservarse en frío durante el verano para evitar riesgo de salmonelosis Imagen de 1195798 en Pixabay

Qué ocurre si consumes huevos en mal estado

Consumir huevos en mal estado puede ser peligroso para la salud, ya que los huevos pueden contener bacterias dañinas que causan enfermedades transmitidas por alimentos. Uno de los patógenos más conocidos que puede estar presente en huevos contaminados es la bacteria Salmonella.

La Salmonella puede encontrarse en la cáscara del huevo y, en algunos casos, puede ingresar al interior del huevo a través de pequeñas grietas en la cáscara durante la puesta. Si los huevos se mantienen a temperaturas cálidas o en condiciones no higiénicas, las bacterias pueden multiplicarse rápidamente, lo que aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos.

Al consumir huevos en mal estado o crudos que contienen Salmonella u otras bacterias patógenas, una persona puede desarrollar síntomas de intoxicación alimentaria, que generalmente incluyen:

  1. Dolor abdominal y cólicos.
  2. Náuseas y vómitos.
  3. Diarrea (que a veces puede ser sanguinolenta).
  4. Fiebre y escalofríos.
  5. Dolores de cabeza y dolores musculares.

En personas sanas, los síntomas de intoxicación alimentaria generalmente desaparecen después de unos días sin necesidad de tratamiento médico. Sin embargo, en personas con sistemas inmunológicos debilitados, los niños pequeños, los ancianos y las mujeres embarazadas, la intoxicación alimentaria puede ser más grave y requerir atención médica.

Almacenamiento

Para prevenir el riesgo de intoxicación alimentaria, es esencial almacenar los huevos correctamente en el refrigerador, cocinarlos a una temperatura interna segura y evitar consumir huevos con la cáscara rota o sucia. Siempre se recomienda lavarse bien las manos después de manipular huevos crudos para evitar la propagación de bacterias a otros alimentos o superficies. Si sospechas que un huevo está en mal estado, es mejor desecharlo para evitar riesgos para la salud.