Opinión | EL TELEADICTO

Ocaña

Imagen promocional del documental sobre Ocaña.

Imagen promocional del documental sobre Ocaña. / RTVE

Pese a su apariencia desinhibida y combativa, José Pérez Ocaña lo pasó muy mal. El personaje al que inmortalizó Ventura Pons en el documental más laureado de su prolífica carrera, ‘Ocaña, retrato intermitente’ (1978) se desplazó de Cantillana hasta Barcelona porque necesitaba expresar su creatividad, su forma de ser artista desde la heterodoxia; en el pueblo que le vio nacer más allá de cuestiones relacionadas con la Virgen del lugar poco podía hacer. Aunque la vertiente más conocida de Ocaña fue la de provocador en una sociedad donde el mundo ‘queer’ era considerado una excentricidad casi intolerable.

Imprescindibles’ cierra temporada con un excelso trabajo de Gemma Soriano, que como es santo y seña a la hora de emprender cualquier de sus proyectos, se ha volcado en éste dedicado a recordar su figura. De la película de Ventura Pons (fallecido precisamente el pasado 8 de enero, la misma semana en que la directora había agendado el encuentro con el director catalán para incluir su entrevista en este trabajo). El espectador hallará muchas sorpresas. Gemma encontró un tesoro durante el periodo de documentación: una amiga de Ocaña conservaba cuatro horas de conversaciones íntimas con el artista. Valen su peso en oro. Además, los archivos de TVE acogen entrevistas que revisadas hoy son caviar, como la que concedió a Terenci Moix.

El espacio ‘Imprescindibles’, que en la actualidad coordina con mimo Marcos Hernández desde Prado del Rey, ennoblece cada temporada a nuestra televisión pública. Deberían tomar nota sus responsables acerca de lo bien que trabajan sus profesionales, capaces de sacar adelante joyas como esta, en lugar de sacar pecho con las audiencias de la Eurocopa, pan para hoy y hambre para mañana.