Opinión | Oído, visto, leído

Llegar, ver y vencer

Los jugadores celebran uno de los goles

Los jugadores celebran uno de los goles / EFE

El pasado sábado, sobre las diez y media de la noche, el pirata Robe Iniesta y su banda de corsarios, armados hasta los dientes con dos guitarras, unos teclados, una batería, un bajo y un violín, asaltaron la ciudad de Alicante y la arrasaron. Dejaron tras de sí ruido, furia, arte y viento, puro viento. Y llenaron los cerebros de miles de alicantinos de estrofas desesperadas y lúcidas, de letras audaces y versos dolorosos con olor a napalm. De melodías armónicas que no acababan nunca, ni ganas. Robe -sesenta y tres años y con una cara que muestra que ha sufrido alguna que otra derrota- llegó, vió y venció…

…y eso es lo que es lo que hay que hacer hoy contra Georgia: llegar, verles, vencerles y a prepararse contra los alemanes, le digo mi perro “Zar”, que holgazanea tirado en el suelo de la cocina. Y es que si no vendemos la piel de los osos georgianos antes de cazarlos, no sé con quién lo vamos a poder hacer (les metimos 10 goles en la fase de clasificación en los dos partidos, pero ganaron a Portugal y están subiditos).

Repetimos la alineación contra Italia. Respecto a ellos, Ivanivishvili y Kvaratskhelia son los que más miedo me dan, pero por la cantidad de consonantes que tienen. España sale como debe, pero tras un cuarto de hora tenemos ya tanta confianza en nosotros mismos que decidimos meternos un gol en propia meta. El señorío español de Le Normand, por todo lo alto. A partir de ahí nos quema el balón, los caucásicos se ponen a correr como motos y nos pillan en un par de contras con la defensa echa unos zorros. A Cucurella hasta se le alisan un poco los rizos. “Este no era el plan”, le grito a “Zar” que ni se cantea, y España pasa los veinte peores minutos de la Eurocopa mostrando un descontrol defensivo un pelín preocupante. Rodri calma las cosas marcando un golazo que permite tranquilizar los ánimos, pero acaba el primer tiempo con malas sensaciones.

En el intermedio Toni Cabot, el director de INFORMACION, me manda un whatsapp en el que me pone al tanto de las fuertes presiones que está sufriendo. Mi estilo no gusta, mis conocimientos técnico-tácticos no se entienden, mi olfato futbolístico no se ve por ningún sitio. “Me piden tu cabeza, Jesús. Los lectores no te leen y los redactores no te quieren, que lo sepas. Cuentas con todo mi respaldo, pero no sé hasta cuándo, la verdad. Aguanta Jesús, sé fuerte”. Glups, yo también te quiero, Tony. Se reanuda la segunda parte y los georgianos siguen corriendo como motos y Mamardashvili parando todo lo que le llega. Pero primero Fabián, luego Nico y después Olmo mandan a Georgia a la lona. “Georgia is on my mind”, que cantaba Ray Charles. Nico y Lamine vuelven a demostrar que son la pareja del campeonato y Rodri el mejor mediocentro del Europa, y nos dirigimos a unos cuartos donde se enfrentarán este viernes los dos mejores equipos hasta el momento.

Así que llegamos, vimos y vencimos. El plan no salió exactamente como era previsible, pero qué más da. A Robe Iniesta tampoco le fue fácil, y míralo ahora, arrasando por donde va y oyendo corear a miles de personas sus canciones como si fuera la última vez. El que resiste, gana. Seguimos…