Opinión | En pocas palabras

Siempre empezando

Quienes vivimos en primera línea esta realidad sabemos cómo era junio sin mascletá en Luceros

Quienes vivimos en primera línea esta realidad sabemos cómo era junio sin mascletá en Luceros / Pilar Cortés

Va implícito en su carácter. Alicante es una ciudad en construcción, donde todo es efímero. Los comercios y establecimientos mudan su piel. Una población de aluvión que la renueva constantemente impide que cualquier iniciativa eche raíces. Porque los que están ahora no estaban hace X años. De hecho, que algo perdure en la ciudad más de cincuenta es una proeza. Incluso las fiestas y tradiciones que consideramos más arraigadas no tienen nada que ver a cómo se hacían antaño. La banyà, genuina de Alicante, surgió en los ochenta. Celebran los cronistas los cuatro siglos de la Semana Santa alicantina, y no mienten. Pero había que ver cómo era en la década de los ochenta del siglo pasado, sin procesiones las jornadas del lunes ni el martes santo. O matizando cómo la mayoría de imágenes que hoy procesionan se incorporaron pasado el año 2000. El año 2028 se celebrará el centenario de la creación de las Hogueras, pero hasta los noventa se celebraban del 21 al 24 de junio. Quienes vivimos en primera línea esta realidad sabemos cómo era junio sin mascletá en Luceros (gozamos las del Mercado, Benalúa, Rambla, Campoamor).

Sirva todo esto como introducción para mostrar la capacidad que tiene Alicante para estar siempre en permanente fase de reinicio, también en lo que se refiere a su agenda cultural. El entrañable Carlos Galiana, director de la Maison de France en Alicante, celebró el I Festival Internacional de Órgano. Nuestro querido Manuel Ramos coordina la primera edición del Festival de Grandes Maestros. Por la cartelera del Principal asomó una primera edición de un Festival flamenco que fue la última. La Fundación Mediterráneo ha consolidado un evento en un lustro. Podría llenar muchas columnas comentando nuevas citas. Así es Alicante.

¿Cuántas ediciones cumplirán?