Opinión

La defensa de la Agenda Valenciana en Europa

Archivo - Banderas frente a la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, imagen de archivo.

Archivo - Banderas frente a la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, imagen de archivo. / PARLAMENTO EUROPEO/ MICHEL CHRISTEN - Archivo

Todo representante parlamentario debe implementar la línea política de su partido, es decir, el programa que se presentó a los electores, lo que constituye una determinada visión del interés general. Este principio es válido tanto para Les Corts Valencianes, las Cortes Generales, o el Parlamento Europeo. Al mismo tiempo, diputados autonómicos, diputados y senadores, y eurodiputados, deben también realizar una defensa de los intereses específicos de los territorios que representan, es decir, de la circunscripción en la que ha sido elegidos. Dada la importancia de las competencias que ejerce la UE en asuntos como el comercio internacional, la industria, y la agricultura, entre otros, la labor de los diputados al Parlamento Europeo es crucial para la defensa de los intereses propios de España y de la Comunitat Valenciana. De cara a la X legislatura (2024-2029) de la Eurocámara cabría destacar una serie de prioridades que conforman la Agenda Valenciana en su dimensión europea, y no limitada a su proyección nacional:

Agua. Asegurar la suficiencia de este recurso vital en la Comunitat es parte fundamental de la Agenda Valenciana en su concepción tradicional (de reivindicación frente al Estado), pero hasta hace poco no ha tenido una derivada europea fuerte. Por eso es imprescindible reivindicar la incorporación del mecanismo de los trasvases entre cuencas a la futura Estrategia Hídrica Europea, en fase de elaboración, así como elementos en los que los valencianos somos líderes, como la depuración y la desalación, tal y como tuve ocasión de proponer a la Comisión Europea mediante carta con fecha de 3 de mayo de 2024. Cabe también reivindicar financiación europea para todas estas líneas, incluyendo suministro energético sostenible (por ejemplo: planta desaladora de Torrevieja), obras de canalización (otro ejemplo: Albufera de Valencia), láminas de inundación (caso claro: Vega Baja del Segura), sistemas de aprovechamiento de aguas torrenciales (etcétera)

Agricultura. Se trata de un sector estratégico para la Comunitat, estrechamente relacionado con la cuestión del agua. La agricultura valenciana ofrece a Europa una oferta autóctona, abundante y variada de productos de calidad, incluyendo de carácter ecológico, desde los cítricos al caqui, pasando por aguacates, melones, sandías, alcachofas, vino, y un largo etcétera. Además, este sector es imprescindible para fijar la población en las comarcas de interior. Sin embargo, nuestros productores deben hacer frente a una competencia desleal por parte de países terceros, en lo que respecta a las condiciones fitosanitarias, incluyendo el uso de pesticidas y fertilizantes que no están permitidos en la UE. Es urgente revisar todos los acuerdos comerciales para introducir una plena reciprocidad en la materia, así como reforzar los controles aduaneros de manera homogénea en toda la Unión. Al mismo tiempo, hemos de ser líderes en biofertilizantes.

Pesca. La pesca valenciana debe hacer frente a la eliminación de especies pequeñas como la gamba roja durante las paradas biológicas, y a la preponderancia sobrevenida del atún, que se ha convertido en una auténtica plaga. Hasta ahora, la Comisión Europea no ha dado una respuesta satisfactoria a esta problemática, a pesar de la pregunta escrita que dirigí el 1 de febrero de 2024.

Calzado. La Comunitat Valenciana acumula el 70 por ciento de la industria nacional del calzado, y el 65 por ciento del empleo, con especial incidencia en la provincia de Alicante. Sin embargo, a pesar de que la UE logró parar el aumento del arancel de Estados Unidos, las exportaciones han caído un 7,5 por ciento en 2023, y las ventas se han reducido el 18 por ciento en el primer trimestre de 2024. Es preciso asegurar que las pymes se puedan beneficiar de las ayudas europeas para ligar la industria del calzado a la economía circular y el reciclaje de materiales. Además el requisito europeo de pago de las facturas a treinta días es muy problemático para el sector, por lo que habría que reclamar ajustar la norma comunitaria al respecto.

Automoción. El sector del automóvil es fundamental en la Comunidad Valenciana, tanto en lo relativo a modelos híbridos como vehículo eléctrico. Fue un gran logro del gobierno de Ximo Puig conseguir la implantación de la gigafactoría de Sagunto. Desde Europa hay poner en valor y reforzar esta apuesta. Al mismo tiempo, la planta Ford de Almussafes, con sus 4.800 trabajadores, es un activo industrial que no podemos permitir que se pierda, al igual que toda la industria auxiliar que la asiste. La preocupación por tanto va más allá del futuro de los trabajadores de la fábrica. Hay que garantizar el porvenir de la actividad relativa a vehículos híbridos que han de desempeñar un papel en la transición hacia el fin de los motores tradicionales de combustión.

Todo ello sin olvidar otras prioridades horizontales, como seguir resaltando políticamente la importancia del Corredor Mediterráneo (que ya está aprobado en la UE y en fase de implementación), la lucha contra el cambio climático (que nos afecta especialmente en la Comunitat), o aumentar los canales legales de inmigración dada las necesidades de nuestro mercado de trabajo.