Retirada del aguilucho

El "aguilucho"

El "aguilucho" / INFORMACION

Carlos Bonet

En Julio de 1936 mi padre, Julián Bonet y mi abuelo, del mismo nombre, trabajaban en el Banco de España de Alicante. Mi abuelo era jefe de conserjes y mi padre, después, entró con el número uno de su oposición. Su fidelidad al gobierno salido de las urnas y a sus valores democráticos les costó su expulsión del Banco cuando los golpistas llegaron al poder. Conservo su expediente de expulsión que, no hace mucho tiempo, me entregaron. Su vida nunca volvió a ser la misma, condenados a una vida de penurias y represalias en una España profundamente injusta, especialmente con los perdedores.

Un día entré en el Banco de España de Alicante, al contemplar el símbolo franquista en el techo sentí que mi padre y mi abuelo estaban allí conmigo y que, de nuevo, el horror los aplastaba. Una sensación asfixiante ante lo que representó para tantos millones de españoles y españolas.

Escribí al Gobernador del Banco de España y al Ayuntamiento de Alicante reclamando su retirada ya que, en ese momento, ya se había aprobado la Ley de Memoria, sin éxito ya que se argumentó su valor «Art Decó». Puede que para algunos solo haya sido eso, una vidriera, desde luego no para mi, ese símbolo representaba para mi algo muy doloroso. Representaba el olvido del sacrifico de seres muy queridos, de tantos y tantos que perdieron todo lo que tenían, muchos su propia vida.

Hoy recibo la noticia de que será retirada. Siento que ello representa el triunfo de los ideales que ellos defendieron, el triunfo de la democracia, de la verdad sobre el horror, de lo justo.

Ese día, cuando se levante el techo que, más que techo para mi era una losa, se elevará sobre el cielo de Alicante un soplo de aire fresco.