CARTAS

La brutal crisis de acceso a la vivienda, dos suicidios más, suman y siguen

Domicilio de las hermanas que se suicidaron antes del desahucio

Europa Press

José Joaquín Belda

José Joaquín Belda

Dos hermanas de 54 y 64 años han terminado así de dramáticamente con su vida en San Andrés, Barcelona, como si nada. Okupas y chabolismo por doquier y la calle como mal menor, para la gente invisible. Todo como si su relevancia no fuese critica, desesperante y diabólica, sin lugar a dudas el primer y más importante problema nacional.

Resulta tremenda y esperpéntica la política de vivienda que hacen unos y otros, leyes de vivienda que no sirven para nada, solo para hacer ruido y esperpentos, no contemplan el derecho subjetivo a la misma con lo que ello y el propio derecho constitucional cae en un pozo sin fondo.

Todo el mundo sabe que en un mundo de libre mercado la oferta y la demanda es esencial y la principal arma para regular el acceso a la misma a través de las políticas correspondientes, sustantivas son los correspondientes planes estatales, los cuales tampoco cumplen su papel, y están muy alejadas de la realidad social y del mercado.

La izquierda no ve nada, solo medidas restrictivas sin ton ni son, ahogando el alquiler, y la derecha la anarquía del mercado.

Las soluciones son muy claras como alarmantes que no las vean ni las apliquen.

Desde hace varios años, que tienen paralizados el desarrollo de las VPT, que permiten que las familias y las personas según sus ingresos y situación económica o de vulnerabilidad puedan acceder al alquiler o a la compra.

Nada de ello se realiza ni se facilita ya, como casi toda la vida se ha venido realizando, incluso desde los tiempos de Franco y duele decirlo, con los respectivos gobiernos posteriores.

Solo después de la crisis financiera y su burbuja del 2008, su paralización ha sido tan rotunda políticamente, que se han pasado de frenada 20 pueblos.

Desde las 800.000 viviendas, toda una locura, a menos de 50.000, el stock, lo ha dejado en manos de los reformistas inversores para que alquilen y se han olvidado de lo esencial.

Facilitar avales públicos y ayudas para el alquiler y la compra paralelamente, para poder tener acceso a la vivienda social.

Nada de nada, y todo continúa igual, mirando para otros lados.