Nueva bronca en el PSOE de Alicante por el dinero, las redes y la estrategia

La reunión de la ejecutiva para analizar las elecciones europeas acaba en otro enfrentamiento entre el sector de Franco y el grupo municipal que lidera Barceló

El anterior rifirrafe en el PSOE de Alicante entre Ana Barceló y Ángel Franco

Rafa Arjones

Borja Campoy

Borja Campoy

Como suele ocurrir casi siempre, una nueva ejecutiva del PSOE de Alicante acaba en bronca. Los presentes en la larga reunión celebrada este martes, duró cerca de tres horas, aseguran que los reproches y el tono fue todavía más áspero que de costumbre. El enfrentamiento volvió a producirse entre la agrupación local, que controla el veterano Ángel Franco, quien decidió no estar presente esta vez, aunque podría, al formar parte de la ejecutiva del PSPV, y el grupo municipal, que encabeza su portavoz, Ana Barceló. Aunque la sesión empezó con relativa tranquilidad, fue subiendo en intensidad con el paso de los minutos y alcanzó su momento álgido cuando desde la agrupación local se pretendió, sin que estuviera previsto en el orden del día, trazar una hoja de ruta hasta las próximas elecciones municipales, que tendrán lugar en 2027. El uso que hace el partido de sus recursos económicos o la gestión que se lleva a cabo de las redes sociales, con la acusación por parte del grupo municipal de ser ninguneados, también salieron a escena.

La ejecutiva estaba convocada, en primer momento, para analizar los resultados de las pasadas elecciones europeas, que se celebraron hace casi un mes. En un primer momento, el secretario local, Miguel Millana, lanzó un mensaje de unidad entre el partido y el grupo municipal. «Es una trampa en la que no hay que caer, primero tienden la mano pero en cuanto se les lleva la contraria empiezan las hostilidades. Y tienen la orden de Franco de provocar a Barceló», afirmó tras la reunión uno de los miembros de la ejecutiva presentes. La enemistad entre el sector controlado por el veterano dirigente y la portavoz municipal es evidente desde que la exconsellera apareció en la escena política alicantina para ser la alcaldable en las elecciones del 28 de mayo del año pasado. En los últimos tiempos Barceló ha tejido alianzas con otras de las familias del PSOE, como las de Eva Montesinos o Rafael Fonseca, para intentar acabar con el control que Franco viene ejerciendo desde hace décadas.

El mayor conflicto se produjo cuando desde la agrupación se planteó establecer una hoja de ruta para las elecciones municipales de 2027, en un debate a viva voz que ni estaba previsto ni sustentado en ningún documento. Los representantes de los sectores críticos con Franco se negaron a mantener este debate. No fue el único punto de fricción, ya que a los responsables del partido se les acusó de falta de transparencia a la hora de exponer a qué dedican los fondos económicos con los que cuenta el PSOE y se les afeó que usen las redes sociales propias para poner el foco únicamente en la agrupación e invisibilizar el trabajo que realiza el grupo municipal.

Algunos de los acontecimientos de los últimos días también fueron puestos sobre la mesa para echarse los trastos a la cabeza. Por ejemplo, se cuestionó que la ejecutiva haya hecho un turno rotatorio para que sean sus propios miembros los encargados de abrir la sede de la calle Pintor Gisbert. A Barceló, en lo que se interpretó como otro intento de provocarla, se le afeó sus declaraciones a este diario la pasada semana, en las que señaló que es necesario un «partido fuerte» que actualmente no existe.

Millana también ofreció su valoración de la reunión, la cual calificó como «desagradable» por el tono bronco. «Barceló ha mostrado unas ínfulas que no vienen a cuento. Me sorprende su actitud de baja estofa», dijo el secretario local sobre la portavoz municipal.