Juicio en Alicante | De pacto de honor entre presos a querella por estafa

Dos excolegas de talego en la prisión de Villena se vieron este miércoles de nuevo las caras en la Audiencia de Alicante donde uno de ellos, Pascual N.M., ha sido juzgado tras ser denunciado por el otro, José Jesús J. Q., por haberle estafado 8.000 euros bajo la promesa de sacarle de la cárcel, lo que no sucedió. 

El querellante no pisó la calle hasta que cumplió su pena de dos años por un delito de abusos. El querellado, preso por estafa en esos momentos, acumula en su haber más de una decena de condenas por el mismo cargo. «Lo que no quiere decir que sea también culpable en esta ocasión», se ha apresurado a precisar su defensa. 

 Uña y carne asegura el encausado que fueron él y José Jesús durante los meses que compartieron presidio. «Yo era su mano derecha, su protector. Estábamos todo el día juntos», ha declarado ante un tribunal presidido por la magistrada Virtudes López del que también formaban parte Eugenio Alarcón y María Eugenia Gayarre. 

Ocho transferencias

Y fue en ese escenario de hipotética camaradería carcelaria en el que Pascual enmarcó las ocho transferencias por un importe total de 9.500 euros (aunque al final la presunta estafa se concretó en 8.000) con las que su entonces amigo se ofreció a echarle una mano en el mal trago económico que estaba pasando. «Fue un pacto entre caballeros. Yo le ayudaba allí dentro, donde había uno que quería matarle, y él quiso ayudarme a mí porque tenía dinero de unas naves que alquilaba. Fue un préstamo sin intereses y sin fecha de devolución», ha asegurado.

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Nada que ver con la versión que de estas transacciones monetarias ha ofrecido la supuesta víctima. «Era la primera vez que estaba en prisión y me sentía angustiado y muy agobiado. Él captó mi desesperación y se ofreció a ayudarme a salir de allí utilizando los servicios de su abogado».

Según el relato de José Jesús, su compañero le mostró sentencias que había ganado el letrado para demostrarle lo bueno que era. Y comenzó a pedirle dinero para supuestamente pagar las gestiones que le conducirían a la calle sin tener que completar su condena. 

Hasta ocho envíos en otros tantos meses entre 2021 y 2022 realizados por una hija del querellante aparecen documentadas en la causa por un importe total de 9.500 euros. Solo en uno de ellos aparece marcado el término «préstamo» como concepto, motivo por el que al final la presunta estafa se ha concretado en 8.000. 

El letrado que supuestamente iba a trabajar en la excarcelación ha declarado no conocer de nada a quien, según el acusado, tenía que sacar de prisión. Ni, por supuesto, haber recibido un céntimo ese dinero. 

Delitos y penas

Las acusaciones pública y particular han coincidido en calificar los hechos como un delito de estafa agravado por la multirreincidencia por el que reclaman una pena de tres años de prisión más la responsabilidad civil de los 8.000 euros que Pascual tiene que devolver a su excolega, además de una multa de algo más de mil euros. 

El fiscal ha afirmado que «no se trata de versiones contradictorias ya que una de ellas (la del querellante ) está avalada por otras pruebas" mientras que el acusador particular ha incidido en que «las cuentas en las que se ingresaba el dinero eran del acusado», a quien ha definido como «un profesional de la estafa que incluso estando en prisión siguió estafando».

La defensa, que ha pedido la absolución, insistió en que se trató de un préstamo que su cliente piensa devolver y en que a José Jesús esos 8.000 euros «no le han supuesto un perjuicio económico grave dadas sus rentas». 

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