Jorge Brotons, investigador de la Universidad CEU UCH en Elche

«La memoria depende en gran medida de lo que sucede durante el sueño»

Jorge Brotons, investigador de la Universidad CEU UCH en Elche, participa en un proyecto financiado por la Fundación Pascual Maragall para mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad

Jorge Brotons, investigador de la Universidad CEU UCH en Elche.

Jorge Brotons, investigador de la Universidad CEU UCH en Elche. / INFORMACIÓN

La Fundación Pascual Maragall ha concedido una de las becas de investigación Pasqual Maragall Researchers Programme a un equipo de investigadores, liderados por Jose Vicente Sánchez Mut, investigador del Instituto de Neurociencias (IN) por su trabajo de identificar nuevas estrategias terapéuticas para aumentar la resiliencia a la enfermedad de Alzheimer.

En este proyecto se ha integrado Jorge Brotons, Javier Molina, Giulia Rigamonti y Noa Tarozzi, cuatro investigadores de la Universidad CEU UCH en Elche, quienes tienen un papel clave a la hora de determinar la relación entre la actividad neuronal y el desarrollo de esta patología.

¿Qué supone este reconocimiento?

Nuestra propuesta es novedosa y diferente, por su planteamiento y aproximación que involucra un equipo multidisciplinar con diferentes perspectivas y visiones sobre el mismo problema y porque se aborda el factor de resiliencia presente en algunos pacientes para encontrar soluciones terapéuticas.

Creemos que esto es lo que ha valorado la fundación Maragall. Su apoyo supone poder desarrollarlo un proyecto de investigación que puede crecer en el tiempo y en función a los resultados. A diferencia de la gran mayoría de los proyectos de investigación que tienen una limitación temporal, esto nos da la tranquilidad de poder desarrollar nuestros objetivos de un modo más progresivo.

Por otro lado, el haber sido exitosos en esta convocatoria tan competitiva es también un reconocimiento al trabajo previo de este consorcio. Esto nos ilusiona y motiva aún más.

Jorge Brotons y Giulia Rigamonti, de la CEU UCH a la izquierda, miembros del equipo liderado por José Vicente Sánchez Mut (en el centro).

Jorge Brotons y Giulia Rigamonti, de la CEU UCH a la izquierda, miembros del equipo liderado por José Vicente Sánchez Mut (en el centro). / INFORMACIÓN

Una de las claves de vuestro trabajo sugiere que una mejor calidad del sueño podría favorecer la resiliencia al Alzheimer. ¿Por qué?

Sabemos que la enfermedad de Alzheimer se desarrolla de un modo silencioso durante décadas. Los factores genéticos, pero también los estilos de vida y los hábitos de salud, tiene un gran impacto en las trayectorias vitales que nos hacen más o menos vulnerables.

En este sentido, sabemos que los pacientes de Alzheimer desarrollan una acumulación de proteínas beta amiloide.

Esta acumulación está a la base del deterioro cognitivo que se da en esta enfermedad. Sin embargo, sabemos que un porcentaje de las personas que desarrollan esta acumulación de proteínas beta amiloide, no desarrollan la patología. Uno de los factores asociados con esta resiliencia es una mejor calidad del sueño.

La higiene del sueño

Entiendo que trabajáis con unos supuestos previos sobre la calidad del sueño. ¿Se pueden sugerir en este momento algunas recomendaciones a los pacientes en esta línea o todavía es pronto en este momento de la investigación?

Nuestro trabajo se va a centrar en buscar posibles dianas terapéuticas, factores moleculares. Para esto investigaremos elementos diferenciales entre los pacientes resilientes y aquellos que desarrollan la enfermedad. Del mismo modo, nuestros modelos animales nos van a permitir encontrar factores funcionales, conductuales y de actividad neuronal que se asocien con esta resiliencia. Esto es el futuro.

Mientras tanto, sin duda es recomendable que desarrollemos una buena higiene del sueño. Desarrollar hábitos que nos permitan dormir mejor. Tener una dieta adecuada, evitar cenas pesadas, hacer ejercicio con regularidad, establecer hábitos conductuales que nos preparen para el sueño etc. Estos son elementos que ya están a nuestro alcance. Por otro lado, en el caso de que haya una patología del sueño, sin duda recurrir a una intervención psicológica y médica para manejar estos problemas.

¿Cuáles son esas potenciales dianas terapéuticas para mejorar la resiliencia de los pacientes ante la enfermedad?

La idea es encontrar marcadores de actividad neuronal, aspectos conductuales, factores moleculares etc que se asocien con la resiliencia frente al desarrollo de la enfermedad. De este modo, se trata de identificar “interruptores” para de alguna manera activar la resiliencia en cualquier individuo.

Javier Molina y Jorge Brotons.

Javier Molina y Jorge Brotons. / INFORMACIÓN

Envejecer con calidad de vida

Los datos advierten de un potencial incremento de las enfermedades neurodegenerativas, de hasta millón y medio de personas sólo en España, con los riesgos añadidos en el sistema sanitario y asistencial y las consecuencias en la salud de los pacientes. ¿Cómo puede vuestro proyecto contribuir a intentar reducir esos escenarios?

Bueno, si fuéramos capaces de activar los factores de resiliencia durante ese periodo en el que la enfermedad se está desarrollando y aún no hay síntomas, o bien durante las primeras manifestaciones clínicas, podríamos ganar un tiempo crítico que permitiera a los pacientes vivir sin sintomatología.

Esto nos daría el control sobre la enfermedad, dando una mayor calidad de vida a todas las personas afectadas, en especial a los pacientes, pero también a sus familiares. De este modo, las personas podrían envejecer con una calidad de vida muy alta sin olvidar quienes son o a quienes quieren, siendo autónomos y sin perder su identidad y sus memorias. Este sería el objetivo final de nuestro proyecto.

En el proyecto, tu equipo y tú os centráis en la actividad neuronal en diferentes condiciones de sueño-vigilia y cuál es la relación entre esta actividad, la capacidad cognitiva y el desarrollo de la patología. ¿En qué punto os encontráis ahora?

Todos hemos tenido una mala noche y sabemos que la consecuencia de esto va desde estar irritable a no poder concentrarse, o en general ser menos capaces de afrontar las tareas del día a día. Esto tiene que ver con el efecto reparador del sueño.

Por otro lado, sabemos que la memoria depende en gran medida de lo que sucede durante el sueño. Por ejemplo, durante el sueño de ondas lentas, el que sucede antes del sueño REM que es cuando soñamos, se da un tipo de actividad en el hipocampo que es capaz de consolidar memorias. Este tipo de actividad tiene que producirse de un modo determinado para que la información adquirida se consolide.

En nuestros modelos animales, hemos observado un deterioro de esta actividad. Nuestros objetivos se centran en determinar el impacto que tiene esta alteración de la actividad neuronal, no sólo en la consolidación de la memoria, sino también en el desarrollo posterior de la patología, así como en la resiliencia de los pacientes. Además, pensamos que si podemos recuperar esta actividad quizás podamos recuperar los procesos de consolidación y detener o enlentecer la progresión de la enfermedad.