TORREVIEJA

La vela latina toma rumbo en Torrevieja contra viento y marea

La Asociación de Vela Latina de Torrevieja recupera el empuje para intentar salvar la tradición de manejo de estas embarcaciones como Bien de Interés Cultural Inmaterial en Torrevieja y con otros colectivos Patrimonio de la Humanidad 

D. Pamies

D. Pamies

Sopla de nuevo el viento para la vela latina en Torrevieja. El aparejo tradicional, que sembró de embarcaciones y fortunas la bahía torrevejense en tiempos pasados, ha comenzado su singladura para su declaración como Bien de Interés Cultural Inmaterial y junto a las peticiones de otras seis comunidades autónomas de España, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Petición

En ello está con renovado impulso la Asociación de Vela Latina de Torrevieja, que junto a los miembros de la cartagenera Asociación Marítima Estrella Polar, tienen como objetivo preservar el patrimonio marítimo y difundir la cultura marinera tradicional del Levante español. Ambas trabajan para que tanto el manejo de embarcaciones de vela latina como los oficios relacionados con el antiguo arte de navegar -carpintería de ribera, cordelería, velería, marinería, el remo o la boga tradicional-, obtengan este reconocimiento que preserve su importante acervo cultural. 

BIC

La asociación torrevejense se une así al trabajo desarrollado por otras entidades de la Comunidad Valenciana y de la vecina Región de Murcia que cuentan con una amplia trayectoria en la preservación de este rico patrimonio marinero en torno al aparejo latino. Pero en su caso el objetivo es doble porque además quiere mantener viva la llama de esta modalidad de navegación que es parte fundamental de la historia de la población. Tiran de memoria y de afición, pero ante todo consideran de justicia conservar el valioso conocimiento que hizo del puerto de Torrevieja uno de los más grandes del Mediterráneo español, y de su gente los más experimentados patrones y marineros. 

Regata de embarcaciones de vela latina

Regata de embarcaciones de vela latina / D. Pamies

Regata

Lo de soltar amarras no es ninguna metáfora para sus miembros. El pasado domingo lo hacían con cinco embarcaciones que desplegaron sus velas triangulares al viento en la bahía torrevejense. Una estampa que se había perdido en los últimos años en la bahía de Torrevieja. Una regata donde la pericia de su manejo y la indiscutible belleza de líneas quedó patente entre el maremágnum de embarcaciones deportivas que satura las marinas náuticas del puerto.

En el recuerdo de muchos permanece todavía la presencia de estos barcos de vela junto al caballete reconstruido de las Eras de la Sal en las veraniegas noches de habaneras. Pero del impulso que a iniciativa del gobierno local llegó a crear una pionera Escuela de Vela Latina y cuajó en la construcción de seis pequeñas embarcaciones apenas quedan varios botes desperdigados por distintas instalaciones deportivas municipales, sin mantenimiento porque el abandono actual de las Eras de la Sal, a la espera de las obras de rehabilitación desde 2021, impide que se mantengan amarradas en el mismo emplazamiento.

Otras dos, sufragadas con fondos europeos, permanecen al sol, deteriorándose, en el espigón del Museo Flotante, junto al muelle pesquero sin tener aún un verdadero bautismo de mar.

Orígenes

Félix Marina Peñalba, miembro de la junta directiva de la Asociación de Vela Latina de Torrevieja, destaca que fue en la playa de la antigua cala Cornuda se establecieron los primeros «calafates» locales encargados de la construcción de estos botes de vela latina conocidos por el nombre de «lásticos». 

Eran faluchos finos de aparejo latino muy maniobrables y especialmente apreciados por los patrones de la zona por su velocidad en la navegación costera. Desde luego ideales para actividades en las que había que salir a toda prisa: «En su intensa dedicación al contrabando, impedía que fuesen alcanzados en las arriesgadas persecuciones por parte de las escampavías de los carabineros de aduanas», asegura. Las embarcaciones eran famosas por su apodo, El Pillo, La Música o El Carpanta. El más conocido, El Socarrao, fue inmortalizado por Blasco Ibáñez en un relato tras una estancia en Torrevieja durante la primavera de 1897. «Durante el rodaje de la película ‘Flor de Mayo’ sobre novela homónima del escritor valenciano, se utilizaron botes de la Escuela Municipal de Vela Latina patroneados por miembros de la misma y de nuestra asociación», explica Marina.

Desaparecidos

Los cursos de la Escuela Municipal de Vela , que comenzaron en el verano de 2003, desaparecieron en 2016. «Cientos de alumnos pasaron por sus aulas con Francisco Rebollo, Alférez de Navío en la reserva como instructor junto a Francisco García y Paco Gómez», añade Félix quien recuerda la competición de estas embarcaciones en regatas de hermanamiento con asociaciones de vela latina de Cartagena y Catarroja. Ahora es la iniciativa privada de los miembros de la asociación quien mantiene el fomento de ella vela latina en Torrevieja con alguna regata esporádica como la que con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen organizan en colaboración con la Cofradía de Pescadores. 

Llegaron a tener hasta 12 barcos privados en el caballete de las Eras de la Sal. Solo cinco permanecen ahora en las instalaciones del Club Náutico de Torrevieja, los demás fueron vendidos, cedidos a otros particulares o regalados.

En 2018 la Asociación presentó la documentación para que la Generalitat tramitara esa declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial para esta tradición en Torrevieja. La Conselleria de Cultura sí consideró que la solicitud presentaba las condiciones pero requería de apoyo institucional. 

Silencio

Ni en aquel momento, con un gobierno de izquierdas -que incluso cerró el último astillero de calafates que sobrevivía en la playa del Acequión-, recibió respuesta municipal; ni ahora el alcalde Eduardo Dolón (PP) muestra, de momento, especial interés por una iniciativa que en su día llegó a justificar inversiones de miles de euros en talleres de empleo. 

Tampoco para la adhesión del municipio a la campaña de firmas que se recogen junto a otras muchas entidades de todo el país para salvaguardar la vela tradicional del Mediterráneo como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.