Pablo Gomis, payaso alicantino del Circo del Sol: "Este es el mejor trabajo que voy a conseguir en mi vida"

El clown alicantino lleva desde el 2007 en la compañía circense más famosa del mundo

Es uno de los protagonistas del renovado espectáculo de Alegría

Pablo Gomis, el payaso alicantino del Circo del Sol

Pilar Cortés

Juan Fernández

Juan Fernández

El Circo del Sol tiene entre sus filas a un clown alicantino. Pablo Gomis (Alicante, 1977) es uno de los pilares de esta nueva versión de Alegría. Junto a su inseparable compañero Pablo Bermejo, hace acto de presencia sobre el escenario para generar risas y emociones a partes iguales. Es una mirada más profunda al concepto del payaso de circo, indagando más en su personaje y mostrando más caras más allá del humor.

¿Cómo llega un chico de Alicante a meterse de lleno en esta vorágine del Circo del Sol?

Yo estudié arte dramático y empecé a trabajar como actor. El problema es que nadie me daba trabajo como actor serio y acabé especializándome en comedia. Luego, mi maestro y profesor Antón Valén entró a trabajar en el Circo del Sol y, cuando se lo iba a dejar, me dijo que me presentara al casting porque estaban buscando un perfil parecido al mío. Y así fue, me presenté al casting y entré.

Entrar en el Circo del Sol supone hacer largas giras por todo el mundo y desprenderte de muchas cosas, entre ellas, la familia. ¿Cómo ha vivido esto?

Llevo mal lo de distanciarme de mi familia. Llevo en la empresa desde el 2007, pero no he estado todo este tiempo seguido. He entrado y salido hasta en tres ocasiones. Habré estado con ellos unos diez u once años y he tenido tiempo para experimentarlo de todas las formas posibles: como si fuera una aventura, una carga, una pesadilla, un milagro e incluso como una vida normal. 

Pablo Gomis tras la peluca de su personaje de "Alegría"

Pablo Gomis tras la peluca de su personaje de "Alegría" / PILAR CORTÉS

¿Uno se llega a acostumbrar a esta vida?

Acostumbrarte, no. Una de las cosas que tiene esta vida es que estás cambiando constantemente. Quizás aceptas más las circunstancias en vez de oponerte a ellas, pero también depende de la etapa de la vida en la que te encuentres y cómo te sientes en el momento.

¿Qué le ha llevado a dejar la compañía en tantas ocasiones?

Una de las cuestiones es que el ritmo de trabajo es muy intenso, pero también echar en falta tu casa, tus amigos, tu familia y trabajar en tu tierra. Puede que lo haya dejado varias veces, pero luego me han vuelto a llamar y me han hecho una oferta que no he podido rechazar (ríe). Piensa que este es el mejor trabajo que voy a conseguir en mi vida. Aquí hay cosas que pesan, pero hay que trabajar y la oferta es muy buena.

Parece un lujo vivir cómodamente de clown con lo denigrada que está la profesión.

El problema de los clowns es que si son buenos está bien, pero si son malos dan dolor de alma. En este caso, según dice la gente que ha venido a ver el espectáculo, los clowns están bien (ríe). De hecho, antes de venir a España, estuvimos en Inglaterra, que es un sitio que normalmente aborrecen a los clowns, y gustamos (ríe).

No es el típico payaso que hace reír, aporta un componente emotivo muy interesante. 

Totalmente. Lo bueno que tiene este espectáculo es que los payasos tenemos mucha presencia. Salimos varias veces y eso nos ayuda a desarrollar un poco nuestra relación, no quedarnos solo en hacer tonterías y bromas, sino que nos da tiempo a ir un poco más allá y darle más profundidad a los personajes.

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