El Hércules anuncia su primer fichaje

Primera pieza cobrada. El Hércules hace oficial el fichaje de Antonio Montoro media hora después de que su último club, el Real Unión de Irún, anunciara en un comunicado que el central, clave en el equipo en los dos últimos ejercicios, se desvinculaba amistosamente de la entidad. El madrileño, que el mes pasado cumplió 27 años, firma por dos campañas después de compartir vestuario en el Stadium Gal con dos exherculanos, Roger Riera, al que privó de la titularidad, y el joven lateral diestro Víctor Eimil.

Colapso de centrales

Montoro, que ha vivido un año difícil con el conjunto irundarra, peleando por salvar la categoría, ha sido uno de los futbolistas más utilizados por sus respectivos entrenadores desde que dejó la cantera del Atlético de Madrid en julio de 2018. Antes, en enero, Diego Pablo Simeone le hizo jugar con el primer equipo en Copa del Rey, en un enfrentamiento a partido único contra el Lleida, y se convirtió en el primer canterano de la factoría colchonera que debutaba en el nuevo Metropolitano en una cita oficial.

Fue valiente, consciente de la dificultad de llegar a la máxima categoría con el técnico argentino, poco dado a emplear talento de la base, e inició su carrera como profesional, primero en el Navalcarnero, en Segunda B, cerca de casa, y después en el filial del Granada, donde Rubén Torrecilla, en el segundo año como nazarí de Montoro, le dio la titularidad nada más suplir en el banquillo a David Tenorio en la jornada 15. El preparador extremeño confió en él para apuntalar la zaga y el madrileño respondió sobradamente, de ahí el interés del entrenador del Hércules por volver a compartir proyecto con el central getafense.

Un bastión y un prodigio físico

Al final de aquel ejercicio volvió a su entorno más familiar fichando por el DUX Internacional de Madrid y allí se consolidó como pilar casi fundacional de la tercera categoría nacional. No se perdió ni un solo segundo en la campaña 2021-2022, en la que brilló sobremanera, y después, en Irún, a donde llegó al verano siguiente, completó las primeras 18 jornadas hasta que fue expulsado en la 19, con roja directa, a la media hora, en Lezama, en el derbi vasco. 56 encuentros seguidos, más de 5.000 minutos, nadie acumuló más que él, fijó un tope en Primera RFEF.

Cuando volvió al equipo, dos semanas después, recuperó su estatus de indiscutible. En su segundo año en el cuadro irundarra siguió siendo relevante, pero el desgaste de una temporada tensa por la cercanía al descenso a Segunda RFEF hasta el último día le ha terminado convenciendo de que volver al lado de Torrecilla, con el Hércules como escaparate, es lo mejor para completar el siguiente paso de una carrera marcada por la tenacidad, la fortaleza física y su capacidad de liderazgo dentro de la cancha.

Montoro vivirá su tercera aventura fuera de la Comunidad de Madrid, pero a Alicante llega con el aprendizaje y el rodaje hechos, con un sello de garantía ganado a pulso en la categoría que debe servir para darle fuste a la línea menos robusta del equipo que, un mes y dos días después de festejar el ascenso en Luceros, ha cerrado su primer acuerdo. Antonio Aranda (Lugo) y Mario García (Algeciras) pueden ser los siguientes.