Opinión

Evocaciones festeras

Una comisión a su paso por la Rambla.

Una comisión a su paso por la Rambla. / Alex Domínguez

 Como nací en la Rambla, donde viví 32 años, desde mi niñez pude disfrutar plenamente de las Hogueras de San Juan, porque entonces todo lo importante también acontecía por allí. Y desde los balcones de casa, con familiares y amigos, contemplaba el Desfile Folklórico Provincial (que en Valencia imitaron llamándolo Cabalgata del Reino), el Desfile Histórico de Doña Violante (creado por Gastón Castelló durante su presidencia en la Comisión Gestora como homenaje a la esposa de Alfonso X el Sabio), la Cabalgata del Foc (con la que el ínclito e inolvidable Tomás Valcárcel hacía un recorrido de las fiestas del fuego por el mundo). Creación igualmente de Don Tomás fue la Ofrenda de Flores a nuestra Patrona la Virgen del Remedio, la primera de España no lo olvidemos pues data de 1941, mientras que ofrenda a la Virgen de los Desamparados en Valencia es de 1945. La ofrenda entonces se hacía durante una mañana de forma mucho más sencilla que actualmente. Así no hemos de estar acomplejados porque nuestras Hogueras tengan su origen en las Fallas, ya que Alicante también ha aportado a la gran fiesta valenciana actividades que en el ‘Cap i Casal’ se han copiado.

La Hoguera del distrito se plantaba justo delante de casa, en el lugar que ahora ocupa el jardincillo con el monumento a la Constitución. Desde esos balcones se veía perfectamente el lanzamiento de la Palmera, pues todavía no se habían construido los altos edificios que hay hacia al final de la que entonces era principal calle alicantina. La Cremà nos obligaba a bajar las antiguas persianas de madera, ya que prácticamente el fuego lo teníamos encima, por lo que muchos años nos acompañaban la ‘bellea’ de la Rambla y sus damas, para disfrutar de este rito emocionante. El Coso Multicolor ponía fin a la festa el día de San Pedro, y las carrozas que participaban arrojando confeti, giraban delante de casa para dar vueltas por la Rambla. También, en los tiempos de mi niñez, desde el 25 al 29 de junio, todas las noches la Banda Municipal ofrecía un concierto en la Explanada, al que iba con la familia. Y tras el concierto, desde allí presenciábamos los fuegos artificiales que se disparaban en el puerto, justo enfrente de la Explanada, que tenía las grúas engalanadas de luces. Una traca luminosa, al final de los fuegos, recorría la Explanada. Y un año se avisó que iba a ser una traca rápida con sorpresa. ¡Y desde luego que lo fue! Porque la traca recorría la Explanada poco a poco y la gente la iba viendo llegar, pero aquel año la traca atravesó súbitamente todo un largo tramo y la gente corrió o se tiró al suelo gritando despavorida, aunque afortunadamente sin heridos.

Ya viviendo desde 1977 en la zona de Óscar Esplá, he tenido el privilegio de que se me requiriese para colaborar con nuestras Hogueras como jurado del Concurso de Ninots al Carrer y el de Calles Adornadas; en los desfiles de la Entrada de Bandas de Música y la Ofrenda de Flores; en el Concurso de Hogueras de distintas categorías, teniendo la anécdota de que, como jurado de la categoría especial, vimos una hoguera que unánimemente consideramos la mejor. Pero el presidente de un distrito que había ganado en los últimos años el primer premio de esta categoría especial, al saber que no había conseguido el premio, como de costumbre, declaró a la prensa que era “porque el jurado había llegado borracho”. Estas actuaciones como jurado en tan diversas actividades, además de ponerme en contacto con los protagonistas de nuestras fiestas más importantes, y conocer directamente las alegrías, los desvelos, los anhelos de tantas mujeres y muchos hombres que hacen posible nuestra ‘festa mes fermosa’, me ha reportado la dicha de convivir unas horas con amigas, amigos y con personas de variadas ocupaciones, unidas en este servicio de alicantinidad.

Por último, otras facetas de mis recuerdos ‘fogueriles’ es haber sido delegado cultural y hasta vicepresidente de la Hoguera de La Rambla, actuado además de mantenedor en la presentación de belleas y damas, y escribir multitud de artículos para ‘llibrets’, inclusive para la Revista Oficial de Hogueras. Y desde hace muchos años escribir también para INFORMACIÓN, como ahora, un artículo de homenaje a las fiestas oficiales de Alicante. Fiestas del pueblo en fiesta, fiestas de fuego y regocijo, de identidad admirable, de esplendor y tradiciones, de música, de bailes, de típicas viandas, de luz deslumbrante, de estruendoso estallido de cohetes y tracas, de juventud animosa. Fiestas que convierten la noche alicantina del 24 de junio en radiante armonía de llamas, sones, colores y emoción. Fiestas que ahora despiertan en mí recuerdos venturosos.