Pedro Ángel Hernández Mateo, el exalcalde de Torrevieja y exdiputado del PP en las Cortes Valencianas, ya ha pasado sus dos primeras noches entre rejas tras ingresar el miércoles en el centro penitenciario Murcia II. Se le esperaba en la cárcel de Villena y, de hecho, durante la última semana ha habido un gran despliegue mediático en los accesos a la prisión alicantina para captar el momento de su entrada en prisión.

Sin embargo, el exprimer edil ha estado jugando, posiblemente, al despiste para eludir a los medios de comunicación y, finalmente, en la tarde del miércoles se presentó en el moderno centro penitenciario de la localidad murciana de Campos del Río.

Lo hizo de forma voluntaria y un día antes de que expirase el plazo impuesto por el Tribunal Superior de Justicia para que comenzara a cumplir la condena. Una pena que suma tres años de privación de libertad impuesta por los delitos de falsedad documental y prevaricación en el amaño del proceso de adjudicación, durante el año 2004, del servicio de recogida de residuos sólidos urbanos, a favor de Acciona.

Hernández Mateo se encuentra, de momento, en el departamento de Ingresos de la cárcel pero por el perfil personal y social que muestra, una vez clasificado, pasará en un par de días a un Módulo de Educación y Respeto, los conocidos como pabellones MER, donde los internos tienen una serie de ventajas que también llevan aparejadas una serie de obligaciones. Así pues, los presos que no cumplen las normas básicas de higiene, orden, limpieza, trabajo, ausencia de adicciones e incidentes, actitud correcta y buen comportamiento con los funcionarios y con el resto de reclusos acaba siendo expulsado a un módulo de régimen ordinario, lo que implica perder los beneficios de más horas de patio y menos de celda, además de poder participar en talleres, trabajo remunerado, cursos, salidas y ocio. Una vez trasladado a uno de los MER de Murcia II, Hernández Mateo, que intentará obtener el tercer grado de semilibertad en 12 meses, no va a tener que compartir celda ni patio con presos peligrosos, conflictivos o multirreincidentes. Precisamente para ellos solicitar el ingreso en un MER es un signo de debilidad propio de los chivatos y éstos, junto a los violadores y los maltratadores de niños, son objeto de un desprecio generalizado y opresivo por la población reclusa.

La intervención de los funcionarios y del resto de profesionales del centro es mínima en estos módulos «suaves». Los internos tienen un nivel de autogestión muy elevado que, no obstante, siempre está supervisado por los responsables de la prisión. Incluso hay una comisión de mediación integrada por tres internos cuyo cometido es intervenir en caso de producirse cualquier fricción.

Hasta que se adapte a la vida carcelaria -que es muy dura incluso en los pabellones MER- el exalcalde estará confinado en una celda de acogida -chabolo en lenguaje carcelario- y será visitado por una comisión de presos encargados de recibir a los «nuevos», presentarles a sus compañeros y orientarles en los primeros días, que nunca son fáciles para quienes no han pisado antes una prisión. También hay una comisión de ayuda legal gratuita que, aunque Hernández Mateo no va a necesitar, también asesora a quienes lo requieren para realizar escritos a las autoridades.

En uno de estos módulos «suaves» de la prisión de Villena ya han estado ingresados precisamente dos exalcaldes de la provincia de Alicante. El de Polop, Juan Cano, en 2009 y el de Pego, Carlos Pascual, a quien este diario pudo entrevistar en 2007 mientras estaba recibiendo clases de inglés junto a otros compañeros del MER 7. Ahora Pascual está libre tras cumplir la pena de 6 años que le cayeron por un delito ecológico en el parque natural de la marjal Pego-Oliva. «Basta estar encerrado para darse cuenta del valor que tiene la libertad», señaló entonces.

La decisión de Hernández de ingresar en una prisión de Murcia, y no en la de Villena, puede responder a su deseo de no llamar la atención entre rejas y alejarse de los focos de la atención mediática. Precisamente lo que esta misma semana ha hecho el exministro Jaume Matas, al ingresar en la cárcel de Segovia.