SEQUÍA EN LA MARINA BAIXA

La CHJ responde a la petición de agua de Benidorm declarando la emergencia por sequía

La resolución elimina los trámites para obras de urgencia, pero elude autorizar agua del Júcar para abastecimiento urbano como exige el Consorcio de la Marina Baja para no depender solo de la desalación

Aspecto que presenta el embalse de Amadorio esta semana en la Vila Joiosa

Aspecto que presenta el embalse de Amadorio esta semana en la Vila Joiosa / Alex Domínguez

D. Pamies

D. Pamies

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha declarado la emergencia por sequía del sistema de la Marina Baixa en la cuenca del Júcar. La decisión anunciada por el organismo público de gestión de la cuenca llegaba ayer miércoles un día después de que el Consorcio de Aguas de esta comarca lamentara la negativa de la administración a garantizar más agua de consumo urbano para los municipios turísticos y de segunda línea de costa durante este verano. Pero no supone la garantía de más agua, pese a la reclamación del Consorcio que agrupa a los principales municipios de la comarca.

Garantizado

Eso sí, el presidente de la Confederación Hidrográfica, Miguel Polo, en clara alusión a esta demanda recogida por INFORMACIÓN, aseguró que el abastecimiento urbano está «garantizado» gracias a la planta desalinizadora de Mutxamel y a las plantas de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, sin pronunciarse sobre el derecho de la comarca a obtener recursos de la propia cuenca. Insistió no obstante en que el abastecimiento urbano es una «prioridad» para la Confederación y que solo se contemplan restricciones en el regadío

Ahorrar agua sin enviarla

La CHJ en su comunicado se limita a señalar que se ha declarado el nivel de emergencia, y a ante este escenario insta «una vez más, a la necesidad de impulsar el ahorro y el consumo responsable del recurso como medidas efectivas para combatir la sequía». La emergencia por sequía hace referencia al grado máximo de escasez.

Gráfico sobre la situación de sequía de la cuenca del Júcar

Gráfico sobre la situación de sequía de la cuenca del Júcar / CHJ

En el plan de sequía del Júcar no supone que se vayan a garantizar de forma automática más caudales. Solo permite, eso sí, adjudicar obras de urgencia que permitan mejorar y garantizar el abastecimiento sin necesidad de declaración de impacto ambiental ni licitación de concurso público. Si un pozo de abastecimiento se avería se podría reparar de forma casi inmediata sin mediar trámites de meses.

Que la CHJ vaya a enviar más agua para evitar cualquier incidencia no depende de esta declaración de emergencia, según explican fuentes del Consorcio de Aguas de la Marina Baja. 

Once hectómetros, vengan de donde vengan

El nuevo Plan de Cuenca del Júcar, aprobado en enero de 2023, autoriza dotar con 11 hectómetros anuales de recursos externos a la comarca, ya sea a través de la desaladora de Mutxamel o de agua de la propia cuenca del Júcar. Sin embargo, este organismo solo ha autorizado el envío de los caudales de la desaladora, que los municipios de Benidorm, La Vila Joiosa, La Nucía, Alfàs del Pi, Polop, Altea y Finestrat compran a 0,80 euros el metro cúbico. 

El Consorcio ha solicitado que los 6 hectómetros que tiene autorizados se puedan completar con agua del Júcar cubriendo así la temporada alta turística que en estos momentos realiza un consumo diario de abastecimiento humano de 120.000 metros cúbicos, 45.000 solo en la ciudad de Benidorm. 

Se trataría de utilizar los recursos procedentes del embalse de Alarcón que se encuentra ahora a más del 60% de su capacidad con 700 hectómetros. El envío utilizaría las infraestructuras del trasvase Tajo-Segura hasta Murcia, también los de la red de la Mancomunidad de Canales del Taibilla hasta el depósito de Rabasa en Alicante, para después utilizar la conducción del Consorcio de Aguas de la Marina Baja desde ese punto hasta el Fenollar y el Amadorio, tal como se hizo en los años 2000 y 2016.

Prealerta, alerta y emergencia

El sistema de la Marina Baixa entró en prealerta por sequía el pasado mes de abril, alerta en mayo y ha llegado a esta declaración de emergencia ahora pese a que debería haberse resuelto mucho antes, según fuentes del Consorcio de Aguas. 

El embalse de Guadalest, que apenas almacena 3,5 hectómetros, en una imagen reciente

El embalse de Guadalest, que apenas almacena 3,5 hectómetros, en una imagen reciente / Juani Ruz

Embalses

Los embalses de Amadorio y Guadalest suman más de cuatro hectómetros. Por debajo de ese nivel es cuando se decreta la emergencia. Pero si superan esa barrera en estos momentos -con 2 hectómetros en Amadorio y 3,5 en Guadalest- no es por las lluvias acumuladas. Es por las aportaciones externas que reciben hace meses desde la desaladora de Mutxamel para garantizar el abastecimiento urbano. La emergencia por escasez en la Marina Baixa contrasta con la situación general del Júcar que ha comenzado el verano con los embalses por encima del 51% de su capacidad aunque con un déficit de precipitaciones que ha obligado a poner en marcha restricciones para el regadío en varios de los sistemas de explotación en los que se divide la demarcación del Júcar.  

Llamamiento a la responsabilidad

Con el objetivo de minimizar los problemas que pueda ocasionar la actual situación de sequía, la Confederación Hidrográfica del Júcar hace un llamamiento a la responsabilidad en el uso del agua, tanto a nivel domiciliario como a nivel municipal. Por eso, el Organismo insta a los municipios de más de 20.000 habitantes a poner en marcha las medidas contempladas en sus planes de emergencia ante situaciones de sequía, e invita a las localidades de menor población a impulsar medidas de ahorro similares.

En el ámbito urbano, se recomienda la reducción de usos no esenciales, como las fuentes ornamentales o el baldeo de calles, reduciendo al mínimo el riego de jardines y hacerlo de noche, limitar o prohibir el lavado de coches o el llenado de piscinas, reducir la presión en la red en horario nocturno para evitar las fugas, así como ponerse en contacto con grandes consumidores industriales u hoteleros para reducir en la medida de lo posible el consumo.

En el ámbito doméstico, la CHJ ha lanzado una campaña con el objetivo de reducir el consumo de la ciudadanía a 90 l/día, reduciendo el tiempo de ducha, cargando al máximo la lavadora o el lavavajillas, reparando pequeñas fugas y cerrando el grifo cuando no sea indispensable.

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