Opinión | El teleadicto

Suspenso en septiembre

Final de 'Masterchef' en TVE.

Final de 'Masterchef' en TVE. / TVE

Para un estudiante, un 5 es un aprobado, un alivio. Para TVE, que mira los datos de audiencia con lupa, un 5 % en su horario estelar es un fracaso como una catedral. No hace falta ser adivino para adelantar que las cifras del nuevo programa de entretenimiento presentado por Arturo Valls, titulado That´s my Jam, van a constituir un estrepitoso fracaso. Las nuevas entregas se graban en la actualidad. Imaginamos que las lanzarán a la parrilla en otoño. Se van a dar un disparo en el pie de esos que hacen pupa. Si lo despachasen durante el verano el balance de daños pasaría más desapercibido.

Si algo se ve tan claro a tantas leguas de distancia, ¿cómo es posible que nadie intuya el desastre desde el interior de la casa donde se va a producir el siniestro? Comprendo que hay que tener contentas a las productoras amigas, que la historia siempre ha funcionado así y a estas alturas ningún jabato va a cambiarla.

Pero sí pediríamos aplicar un poco de sentido común. Se trata de dinero público, que es de todos. Ya pudimos comprobar a su paso en Movistar cómo That´s my Jam es un formato que no pega ni con cola entre el público que consume La 1 por las noches. Pasar malos tragos a sabiendas es de tontos. Cuando los directivos se desayunen con el dichoso 5 % de audiencia del programa de marras, qué van a hacer. ¿Lo trasladarán a las madrugadas?

Traslado una pregunta que se hacen algunos trabajadores de la casa: ¿podríamos calificar estas prácticas como malversación de dinero público? No lo sé; me gustaría que algún experto contestara. Del mismo modo que no comprendo cómo se han volcado a mediodía formatos culturales, caviar televisivo nada barato, para ser vistos por apenas quince mil espectadores.